La atención de los mercados financieros del mundo estará puesta, esta semana, en el evento que reunirá a los titulares de los principales bancos centrales del mundo. La cita es en Jackson Hole, un escenario de montaña que servirá para acoger los principales debates sobre la marcha de la economía mundial y las políticas, de cara al futuro, de las entidades monetarias. Seguramente, el encuentro estará dominado por la debilidad de la inflación en el marco de un crecimiento económico, de alcance global y un crecimiento del mercado laboral.

Jackson Hole espera por Janet Yellen y Mario Draghi

Rodeado por el maravilloso paisaje de las Montañas Rocosas, Jackson Hole, en Wyoming, se convertirá, esta semana, en el anfitrión de los principales responsables de las políticas monetarias del mundo.

El encuentro convocará a la presidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Janet Yellen, y al titular del Banco Central Europeo, Mario Draghi, entre otros.

Es claro que la atención estará centrada en las perspectivas que ambos titulares puedan señalar, respecto a la salida de los programas de estímulo. Pero, en el medio, todos querrán saber qué va a pasar con la inflación. Un problema que se viene agudizando no sólo en los Estados Unidos, sino en la mayoría de los países centrales.

Los funcionarios de los bancos centrales han venido dejando más interrogantes que respuestas sobre la débil marcha de los precios en medio de un crecimiento generalizado de la economía y una importante caída en la tasa de desempleo. En Estados Unidos, esta tasa ha alcanzado niveles históricamente bajos, 4,3% en julio, medida anualmente.

No estarán fuera de la agenda de Jackson Hole temas como el aumento de la valoración de los activos financieros, más allá de las perspectivas de crecimiento económico. Para numerosos observadores, el crecimiento de los indicadores bursátiles de Wall Street comienza a convertirse en una preocupación.

Inflación y algo más

La evolución de los precios, en Estados Unidos y en Europa, ha roto todos los conceptos clásicos. El crecimiento de la economía y el fortalecimiento del mercado laboral no han servido, al menos hasta ahora, para llevar la inflación a los niveles deseados.

En el territorio de Yellen, la inflación de junio se ubicó en el 1,4%, marcando un proceso de descenso desde febrero de este año. Bastante lejos del esperado 2% que active con mayor tranquilidad el plan de la FED de aumento de la tasa de referencia.

La Eurozona ha mostrado una evolución de precios similar, 1,3% anual y aunque las expectativas del BCE no son tan altas como los de la Fed, se acercan bastante al ideal del 2%.

El encuentro de Jackson Hole también convocará al Gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, un país en donde los precios también se encuentran bastante deprimidos. Para las autoridades japonesas, la falta de compromiso de las empresas en mejorar los salarios es una de las causas del retraso inflacionario.

Enfrascados en sus propios problemas con la economía, a causa del Brexit, los británicos no ocuparán su silla en Jackson Hole. Mark Carney, titular del Banco de Inglaterra ya se excusó de participar.

También, este evento servirá para conocer los planes sobre la reducción de los balances de la FED y del BCE. Algo que se espera se realice de forma coordinada para evitar reacciones adversas por parte de los mercados financieros.

La mesa de Jackson Hole estará servida esta semana y todos esperan con atención las revelaciones que de ella puedan surgir.