El jefe negociador de la Unión Europea, Michel Barnier, presentó un borrador de acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El proyecto, que incluye algunos puntos urticantes para el gobierno británico, fue rechazado por la primera ministra Theresa May. Esto aleja las posibilidades de una salida consensuada y un Brexit duro puede ser perjudicial para los intereses del Reino Unido. Theresa May pierde apoyo dentro de los parlamentarios de su propio partido, tanto de un extremo del Brexit como del otro. Las complicaciones en el divorcio entre el Reino Unido y la UE han derribado a la libra esterlina.

Theresa May rechaza el borrador de acuerdo

Falta un poco más de un año para que se produzca la salida del Reino Unido de la Unión Europea y todo parece indicar que el camino hacia un acuerdo consensuado es cada vez más intransitable. El borrador presentado por el negociador de la UE, Michel Brenier, acaba de ser rechazado por la primera ministra británica, Theresa May.

El proyecto presentado por Brenier tiene como principal obstáculo el problema en torno a la frontera de con la Irlanda. El debate sobre este punto podría llegar a hundir definitivamente toda perspectiva de acuerdo entre las partes en conflicto.

El borrador tiene la intención de evitar que, una vez producido el divorcio, surja una frontera dura entre Europa y la isla de Irlanda. En caso de que se produzca una salida sin acuerdo, es probable que Irlanda del Norte se mantenga aliada a la República de Irlanda y quede establecida una frontera comercial dura con el resto del Reino Unido.

Theresa May ha dicho con mucha claridad que la presentación de Brenier es inaceptable para el Reino Unido.

Theresa May, atrapada entre fuego cruzado

La situación del gobierno británico, encabezado por Theresa May, es bastante delicada ya que su mayoría parlamentaria parece escaparse como agua entre los dedos. May está sufriendo una sangría de legisladores de su propio partido.

De un lado, ha surgido un grupo de parlamentarios conservadores y partidarios de un Brexit duro que rechazan cualquier tipo de injerencia de la Unión Europea en lo que se conoce como período de transición.

Ahora, ha surgido un grupo de legisladores conservadores que apoyan un acuerdo comercial de unión aduanera con la UE. Son 10 legisladores que, sumados a los laboristas y otros partidos menores, podrían hacer aprobar un acuerdo de estas características.

Desde Downing Street, Theresa May ha hecho saber que no apoyará ninguna unión aduanera. Así como serán rechazadas todas las propuestas que pretendan dejar a Irlanda del Norte como una zona regida por las leyes de la Unión.