La crisis financiera y económica de Argentina tuvo un nuevo capítulo este miércoles. La divisa local volvió a devaluarse con fuerza frente al dólar. Los bonos argentinos cayeron, en una clara señal de desconfianza por parte de los inversores. Un breve discurso del presidente Mauricio Macri no sirvió para tranquilizar los mercados. Desde el gobierno anunciaron que solicitarán un adelanto de la ayuda del Fondo Monetario Internacional. Argentina ingresa en un profundo proceso de recesión.
Cuando los discursos no alcanzan
En las primeras horas de la mañana del miércoles, el presidente Macri difundió un breve discurso. En él señala la intención del gobierno de solicitar un nuevo anticipo al FMI del crédito puente por 50 mil millones de dólares acordados.
El gobierno de Argentina pretende enviar una señal a los inversores de que el país contará con los fondos necesarios para hacer frente a sus obligaciones. Desde la Casa Rosada – sede del gobierno argentino – no se han dado precisiones sobre el monto del adelanto. Algunos observadores estiman en 29 mil millones para afrontar el déficit fiscal y los vencimientos de deuda en 2019.
El discurso de Mauricio Macri tuvo la intensión de tranquilizar a los mercados financieros, que vienen dando señales de desconfianza. Pero, minutos después de difundidas las palabras del presidente, los mercados “saludaron” el mensaje con una fuerte corrida cambiaria y con una caída de los bonos.
La divisa argentina inició la semana con una cotización de 30,50 pesos por dólar y el miércoles por la tarde ya superaba los 34,50 pesos. La moneda ya acumula una pérdida superior al 42% desde el comienzo de año. Por su parte, el rendimiento de los bonos alcanzó su novel más alto desde diciembre de 2014. Lo que está cuestionado es la capacidad del gobierno de hacer frente a sus compromisos de deuda. Los fondos provistos por el FMI podrían ser sólo un paliativo y los inversores no están dispuestos a que sus tenencias de bonos sean refinanciadas.
Los peligros de la crisis en Argentina
Argentina es la segunda economía más grande de Sudamérica, luego de Brasil. Pero, se encuentra atravesada por los avatares que atraviesan el conjunto de naciones emergentes. El país sudamericano disputa con Turquía el primer lugar en la devaluación de sus monedas.
Lo que preocupa a inversores y gobiernos de la región es el poder de arrastre que una crisis en Argentina puede engendrar. El descalabro económico de 2001/2002 arrastró a las economías de varios países, incluyendo fuertes golpes en la Bolsa de New York.
A la crisis económica, Argentina suma un reguero de reclamos de los sectores afectados por el ajuste. Los salarios han perdido fuertemente frente a la inflación. Desde el Ministerio de Trabajo se intenta poner un tope del 15% a los ajustes salariales, cuando el alza de precios rondaría el 32%.
Las turbulencias económicas en Argentina y otros mercados emergentes muestran la fragilidad del proceso de crecimiento global.
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