Hasta hace poco todo era optimismo cuando se hablaba de la cantidad de aumentos de las tasas de interés por parte de la FED. Luego de la última reunión del FOMC del mes de marzo, donde se habilito un nuevo tipo de interés y se anunciaron tres posibles subas más, algunos especialistas se preguntaron por qué tres y no cuatro. No ha transcurrido un mes desde aquellos acontecimientos y el panorama económico de los Estados Unidos parece diluir las causas para encarar una modificación de la tasa de referencia por parte de las autoridades monetarias.
Los datos que ponen en duda los aumentos de las tasas de interés
Luego de 13 meses de subas ininterrumpidas, el Índice de Precios de Consumo registro un retroceso del 0,3% durante el mes de marzo. Básicamente la baja de la inflación se debe al achicamiento de los precios de los combustibles y una merma considerable en los precios de los servicios de telefonía móvil.
Lo que más impacto puede producir en las políticas a futuro de la Reserva Federal y poner un freno a la suba de las tasas de interés, es que también se verificó una caída de los precios básicos, que excluye alimentos y energía y que la FED mira con mucha atención. El retroceso de este segmento fue de 0,1%.
Pero los datos inquietantes respecto a la salud de la economía norteamericana no terminan allí. Por segundo mes consecutivo hubo un retroceso de las ventas minoristas.
Estos informes aparecieron luego que la nómina de empleos no agrícolas diera por resultado una menor creación de empleos con relación a las previsiones y al mes de febrero de este año. Todo esto, a pesar que se registró la menor tasa de desempleo.
¿Qué va a pasar de ahora en más?
Los datos de la economía norteamericana abren, para las autoridades de la FED, profundos interrogantes respecto al futuro, no sólo de las tasas de interés, sino de la marcha en general de la política monetaria.
Para los que siguen con atención los acontecimientos, al comienzo del año 2016 la Reserva Federal hablaba de cuatro subas en el año, pero fue recién en diciembre de ese mismo año que logró imponer la única modificación de las tasas en el año.
En este juego de proyectar aumentos de las tasas de interés que luego no se producirán, cobra dimensión los datos aportados por el GDPNow, provisto por la FED de Atlanta y que está mostrando un crecimiento poco significativo del Producto Bruto Interno, cercano al 0,5% anual.
El indicador que mide las expectativas de un aumento de tasas de interés, medido por el Bloomberg’s World Interest Rate Probability, ha caído del 66,5% al 47% en tan sólo una semana. Como complemento diremos que todo este panorama está inserto en un complejo de tensiones geopolíticas. Y aún no hablamos de la reducción del balance de la FED.
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