No son tiempos sencillos para los funcionarios de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Los responsables de la política monetaria de la primera economía del mundo deben lidiar a diario con indicadores contradictorios. Sin embargo, algunos de ellos ya han manifestado su interés que la reunión de septiembre defina un plan para comenzar la reducción del balance de la Reserva Federal. La incógnita pasa en qué ocurrirá con las tasas de interés si se adelanta el plan de normalización en la tenencia de activos.
Un posible cambio de orientación en la Reserva Federal
La posibilidad que la FED lance, en septiembre, un plan para la reducción del balance pretende ganar un tiempo valioso que les permita evaluar con anticipación la reacción de los mercados. Por otro lado, es probable que su presidenta, Janet Yellen quiera comandar el plan antes que sea nombrado su sucesor, si es que no hay posibilidades de un nuevo mandato.
A principios de año, los funcionarios de la Reserva Federal habían anticipado que pretendían incrementar las tasas de interés en marzo, junio y septiembre. Ya lo han hecho en marzo y en junio, pero si la intención es normalizar el balance es probable que un nuevo incremento de tasas quede para diciembre o, tal vez, más adelante.
Las razones de este cambio en la orientación para la política de la Reserva Federal obedecen a varios factores: actualmente, el balance de la FED se encuentra en 4,5 billones de dólares y algunos funcionarios ya han hecho público en junio su intención de comenzar el proceso de reducción. Para ellos, las condiciones de expansión de la economía norteamericana, sumadas al crecimiento global, constituyen un escenario favorable para comenzar a reducir el balance.
Una segunda razón tiene que ver con la posibilidad o no de la continuidad de Janet Yellen al frente de la reserva. Su mandato vence en febrero y si no hay acuerdo con la administración Trump para su continuidad, es probable que prefiera comandar ella misma el lanzamiento del plan, antes que su sucesor se haga cargo.
La inflación es un tercer factor a considerar y es el punto que desvela a los funcionarios de la entidad monetaria. A pesar de la caída de la tasa de desempleo al 4,3%, la presión de los precios continúa siendo débil y se encuentra por debajo de las expectativas del banco central.
Comienzan los realineamientos en la Reserva Federal
“Tomen el balance, empiecen y tomen posición para un aumento en las tasas en diciembre”. La declaración pertenece a Charles Evans, presidente de la FED de Chicago que cuenta con derecho a voto este año en el Comité Federal del Mercado Abierto.
James Bullard, presidente de la FED de St. Louis es uno de los funcionarios más reacios al aumento de tasas y el mes pasado había señalado que había llegado la hora de comenzar a reducir el balance, aunque de forma lenta. Bullard no cuenta con derecho a voto este año.
La intención de la Reserva Federal es que las tenencias de activos vayan disminuyendo de forma gradual. Una pequeña cantidad de títulos por mes sin ninguna reinversión. Se habla que el plan prevé comenzar con 6 mil millones de bonos del Tesoro y 4 mil millones de títulos respaldados por hipotecas. La intención es que trimestralmente aumenten las cantidades hasta llegar a un límite mensual de 30 mil millones de bonos y 20 mil millones de títulos hipotecarios.
Según Janet Yellen, el plan de la Reserva Federal es “uno que tiene la intención consciente de evitar la creación de tensiones en el mercado”.
La duda persiste en qué pasará con las tasas de interés. Para ello es fundamental que los funcionarios del banco central confirmen su tesis que la debilidad en los precios es un fenómeno transitorio. Aumento de tasas y reducción del balance puede llegar a convertirse en una mezcla explosiva en las actuales circunstancias económicas.
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