El compromiso del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de reducir la tasa corporativa de un 35% a un 15% parece enfrentarse a una serie de dificultades y, finalmente, la reforma impositiva no vea la luz, al menos en este 2017. Al proyecto no lo acompañan ni los números de la matemática, ni la economía de los Estados Unidos, pero, por encima de todo existen discrepancias hacia el interior del Partido Republicano en cómo se financiará el recorte. Existe, también, el problema de intentar sacar una reforma impositiva de esta envergadura sin el acuerdo con los demócratas.

Una reforma impositiva con problemas en los números

El desafío está lanzado. El presidente Donald Trump se compromete a una reducción de la tasa corporativa de 20 puntos porcentuales. Un plan bastante ambicioso y al cual parece no acompañarlo los números.

La promesa de reforma impositiva podría significar una merma de 2 billones de dólares para las arcas públicas, algo que la administración deberá resolver, saliendo a la búsqueda de equilibrar ese déficit. El gobierno podría echar mano de otros impuestos e, inclusive, marchar a una reducción de ciertos planes para sectores más vulnerables, lo que añadiría una nueva dosis de impopularidad a la administración.

Para la mayor parte de los analistas, si el gobierno lograra recaudar esos 2 billones de dólares, destinarlos únicamente a cubrir el recorte de la tasa corporativa podría ser un grave error político. Por lo tanto, el margen que quede, de ninguna manera permitirá llegar a una reducción de la tasa al 15%.

Los cabilderos rechazan alternativas

Los responsables de redactar el proyecto de reforma impositiva en el Congreso han ofrecido a las empresas una alternativa que consiste en recortar su tasa corporativa a partir de inversiones en bienes de capital. Algo que desde las oficinas de los legisladores se considera un paso “sin precedentes”.

Los grupos de cabildeo de grandes empresas que se han destacado en la compra de equipos e instalaciones han rechazado la oferta. Ellos sostienen que la mejor manera de impulsar la economía norteamericana es la reducción de la tasa.

Empresas como AT & T Inc., Verizon Communications Inc. e Intel Corp. que han estado a la cabeza de este tipo de inversiones en el último año y serían las más beneficiadas por la propuesta alternativa no han comprado la idea.

En esta propuesta alternativa de reforma impositiva, los republicanos pretenden no añadir déficit a largo plazo, ya que ello los obligaría a una reforma con plazo de vencimiento.

A esto se suma que el Congreso deberá enfrentar una ampliación del déficit a partir de las ayudas necesarias para recuperar las pérdidas ocasionadas por los huracanes Harvey e Irma. El panorama parece bastante complicado para los republicanos y la mayoría de los analistas consideran improbable una reforma impositiva, al menos en el curso de este año.

Para las empresas, la idea pasa esencialmente por tasas más bajas y no ven otras alternativas como viables en la actualidad.