Este lunes se produce el regreso de los legisladores a sus tareas habituales, luego del receso de mediados de verano. A las bancadas republicanas les espera un arduo combate para tratar de llevar adelante la agenda de promesas de campaña de Donald Trump. La reforma de la ley de salud se encuentra en un impasse y el recorte de impuestos de Trump se enfrenta a las divisiones dentro del propio partido republicano. El pantano podría afectar la sanción del presupuesto 2018 y pondría al gobierno en serias dificultades.
Sin directivas claras para el recorte de impuestos de Trump
Al retomar sus actividades habituales, los legisladores deberán encarar una ardua agenda de trabajo. La reforma al Obamacare se encuentra paralizada y las perspectivas de una reforma a la ley de salud son poco alentadoras.
Paul Ryan, presidente republicano de la Cámara, junto a los líderes de su partido han pasado los días trabajando, pero aún se enfrentan a los debates en el Senado, donde la ley de salud enfrenta la mayor resistencia debido a la falta de una mayoría propia necesaria.
Para los analistas, mientras continúe el debate por la ley de salud, las perspectivas de abordar el recorte de impuestos de Trump se hacen más difíciles. Así lo ha señalado William Galston de Brookings Institution. A nadie se le escapa que la ley de salud y la reforma tributaria están íntimamente ligadas por su afectación al presupuesto.
En la Cámara, los republicanos apuestan a que la ley de presupuesto para el año fiscal 2018 sea el vehículo adecuado para imponer el recorte de impuestos de Trump. Pero, aquí aparecen las principales divisiones entre los hombres del mismo partido. De un lado, los que proponen que la reforma sea compensada con nuevos recortes y disminución del gasto; del otro lado están quienes consideran aumentar el déficit fiscal con el recorte de impuestos de Trump.
La queja común de los legisladores oficialistas es la falta de señales claras desde la Casa Blanca, salvo un plan repleto de vaguedades que carece de algo tan crucial como saber de qué forma se solventará la reforma tributaria.
Una carrera contra reloj
Una demora en la aprobación del presupuesto 2018 pondría en serios aprietos al gobierno federal, que deberá enfrentar un gobierno sin funcionamiento, pero lo más grave sería la falta de cumplimiento con relación a la deuda de los Estados Unidos.
Los principales líderes republicanos de ambas cámaras se vienen reuniendo con funcionarios de la Casa Blanca para delinear un plan que permita imponer el recorte de impuestos de Trump. Recordemos que sólo quedan los días de julio, antes del inicio del receso que absorberá todo el mes de agosto.
Por lo pronto, los voceros de la Casa Blanca se han adelantado a anunciar que para los primeros días de septiembre habrá un plan “unificado” para sacar adelante el recorte de impuestos de Trump.
Los más entusiastas defensores de la reforma tributaria, como el economista Arthur Laffer, analiza con cierta dosis de pesimismo las perspectivas de contar un recorte de impuestos en los próximos meses.
El recorte de impuestos de Trump se encuentra en el pantano que le propone las modificaciones a la ley de salud. Ahora nadie encuentra la salida.
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