Estados Unidos y la Zona del Euro vienen exhibiendo indicadores de crecimiento económico que están impulsando un desarrollo global que es visto con optimismo por parte de la Organización para el Crecimiento y el Desarrollo (OCDE), que prevé un mayor impulso de la economía mundial para 2018. El crecimiento económico mundial se encamina a su séptimo año consecutivo de avance, luego de la crisis financiera. Sin embargo, la OCDE advierte sobre algunos riesgos potenciales.
El crecimiento económico en su punto más alto
Luego de siete años de crecimiento económico global ininterrumpido, la OCDE considera que la economía mundial se acerca a su mejor momento. Esperan una mayor aceleración durante 2018, pero advierte sobre una posible desaceleración si no hay un cambio de paradigmas en la inversión empresaria que, aún no ha alcanzado los niveles previos a la crisis.
Para Catherine Mann, economista jefe de OCDE, el crecimiento económico mundial tiene una proyección con forma de jirafa, y 2017 y 2018 representan el pico de esa joroba, por lo tanto “estamos en el pico de la joroba”.
Los analistas de OCDE, con sede en la ciudad de París, han resaltado el fuerte apoyo que las economías regionales han recibido de sus respectivos bancos centrales. También alentó los recortes de impuestos que se han propuesto en Estados Unidos.
OCDE y los niveles de inversión empresaria
Desde su óptica, la OCDE ve como un serio problema la falta de inversión empresarial y de una intensificación de la competencia. Esto último podría impulsar ganancias, en términos de productividad, y mejorar los salarios reales.
Sin señalarlo abiertamente, Catherine Mann hizo referencia a los intentos de algunas naciones de intensificar las barreras al comercio internacional. De esta forma, los siete años de crecimiento económico mundial podrían trastocar en el inicio de un camino contrario.
La OCDE pidió por un nivel saludable de competencia que impulse a las empresas a lograr mejores niveles de productividad, fortalecer el mercado del trabajo y mejorar los salarios.
Con una economía mundial que crece, los señalamientos de la OCDE para evitar una interrupción del ciclo hacen referencia a lo que ve como un gran problema. La desconexión entre el acelerado aumento en los precios de los activos financieros y el crecimiento económico más modesto. Esto va de la mano con el gran nivel de endeudamiento corporativo, que no ha ido a parar a una mejora en la inversión, sino en el proceso de recompra de acciones.
Las perspectivas de la OCDE
Los pronósticos de crecimientos económico, para el organismo internacional, se han elevado, tanto para Estados Unidos como para la Eurozona. Un 2,2% y un 2,4%, respectivamente, para 2017. Lo que indica un segundo año consecutivo en el cual Europa crece a un mejor ritmo que EE.UU.
En 2018, esta relación vuelve a su curso habitual y se espera un crecimiento del 2,5% para Estados Unidos y 2,1% para la zona del euro. Los pronósticos de crecimiento para China se mantienen en los niveles previstos en septiembre. De conjunto, la economía mundial crecerá un 3,6% en 2017 y un 3,7% en 2018.
Las medias de reducción de los estímulos, adoptadas por el BCE y la Reserva Federal, son saludadas por la OCDE, aunque señaló que el Banco Central Europeo debería esperar, al menos hasta 2020 para modificar su política de tasas de interés.
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