El cambio en las tendencias de los consumidores es algo a lo que las grandes cadenas de ventas minoristas deben ponerle mucha atención. Todos sabemos que las compras online les han abierto a las tiendas de grandes superficies una herida profunda, pero además de esto, el comportamiento de lo que se conoce como millennials o Generación Y se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los encargados de satisfacer las demandas de los consumidores ¿Qué está pasando con estas nuevas generaciones?

Millennials: más experiencias, menos consumo

Se ha definido a los millennials como una generación cuyas edades van desde los 20 a los 39 años y cuyos hábitos de consumo distan mucho a la de las generaciones anteriores, en particular a sus padres. Este conjunto de jóvenes parece más preocupado por obtener experiencias que por sus propios hábitos de consumo.

Las grandes tiendas de departamentos, las imponentes superficies comerciales que concitaban la atención de varias generaciones atrayéndolos para el consumo de artículos que hacían más placentera la vida cotidiana, hoy se enfrentan a los millennials que, al parecer, no se sienten atraídos por una vida de consumo de bienes durables.

Los millennials prefieren viviendas pequeñas y eso constituye toda una definición. El resultado será menos muebles, menos artículos para el hogar que son el fuerte de las grandes tiendas.

¿Cuáles son los hábitos de los millennials?

Según un estudio de GFK, esta generación conductas de consumo bastante definidas. El 59% de los jóvenes de 20 a 29 años y 57% de los de 30 a 39 años, coinciden en que “las experiencias son más importantes que las posesiones”. En el segmento mayor, de 40 a 49 años la proporción de aquellos que comparten esa expresión baja al 53%.

Otros estudios terminan concluyendo que, entre los consumidores, sólo el 9% planea gastar más en los próximos 12 meses. Ahora bien, si consideramos a los jóvenes de 20 a 34 años, la mayoría de ellos tiene previsto gastar más en viajes. Toda una definición en consonancia con la adquisición de experiencias.

Los jóvenes millennials transmiten también sus hábitos al mercado laboral. Muchos de ellos prefieren desempeñarse como freelancers, trabajando desde su casa, un bar o mientras disfrutan de viajes por el mundo. Claro, de nuevo el sufrimiento de los minoristas, ya que no hay oficinas ni ropa destinada exclusivamente a la actividad laboral.

¿Qué sucede con los minoristas?

Los resultados de los estudios sobre las costumbres de consumo de los millennials no hacen más que complicar el panorama de las grandes tiendas. Uno de los gastos que sí se ha incrementado es la venta de equipajes y todo lo necesario para realizar extensos viajes. A menos que los minoristas se dediquen todos al mismo rubro o a vender “experiencia”, el panorama aparece como poco alentador.

Las cadenas de productos minoristas deberán poner todo su ingenio, no sólo a encontrar una salida al desafío que le propone la venta online, sino que tendrán que buscar cómo seducir a estas nuevas tendencias de compras entre jóvenes que no parecen muy dispuestos a dejarse seducir por una vida dedicada a la acumulación de bienes.