Los primeros pasos del nuevo gobierno de Donald Trump han estado marcados por los mismos principios que lo llevaron a la Casa Blanca. Confrontación y un lenguaje provocador. Algunos anuncios han puesto nerviosas a muchas personas y los mercados en baja han sido una respuesta a ese nerviosismo. El dólar también continúa mostrando una tendencia, desde hace unos días, a depreciarse. Lo cierto es que, algunos hombres de negocios e inversionistas, ven una profunda falta de definiciones por parte del gobierno y una serie de medidas aisladas, de corte efectistas y que podrían provocar mayor incertidumbre ante la posibilidad de perder niveles de rentabilidad.

Los primeros días de Trump

Los mercados suelen ser un excelente termómetro de cómo están analizando las acciones de un gobierno. Ayer lunes, el Dow Jones Industrial Average mostró un descenso del 0,1%, S&P 500 cayó 0,3% y el Nasdaq también terminó mostrando un rojo del 0,1%. El dólar se contrajo un 0,7%, el precio de los bonos subió y su rendimiento se manifestó en baja. Hasta aquí los datos, pero éstos surgen como una manifestación luego de lo que fue el primer fin de semana de gobierno de Trump.

Un decreto de la nueva administración estableció el retiro de los Estados Unidos de la Alianza Trans Pacífico. Una alianza comercial con 11 países que representan el 14% de la economía mundial. En una reunión con CEO’s de importantes compañías, anunció el establecimiento de una fuerte tasa fronteriza para todas aquellas empresas que muevan parte de su producción fuera de los Estados Unidos.

Los mercados en baja han actuado como una respuesta a la vaguedad de los anuncios. La falta de reglas claras empuja a los inversores a la búsqueda de opciones más seguras. Por eso, hemos visto en estos días un repunte en el precio del oro.

Los mercados en baja dialogan con Trump

El reclamo de mayores precisiones sobre el rumbo a seguir en el corto, mediano y largo plazo, parecen estarle indicando a Donald Trump la necesidad que abandone su papel de candidato. Muchos analistas sostienen que lo que funcionaba como estrategias de campaña, pueden ser muy perjudiciales a la hora de repetirlas en la función gubernamental. Desde todos los sectores, le están reclamando mesura al nuevo presidente.

Sus contrapuntos con los medios de prensa, sobre todo en lo referido a la concurrencia al acto inaugural, muestran a un presidente preocupado por banalidades muy alejadas de las funciones de quien tiene que conducir los destinos de la que es considerada la nación más poderosa del mundo.

Si Donald Trump y su gabinete no hacen una buena lectura de los acontecimientos dentro de los cuales se mueven los primeros días de la administración, podría perderse una oportunidad muy importante. La semana no arrancó bien, importantes empresas de la magnitud de Halliburton y McDonald’s presentaron una caída en sus ingresos que repercutieron fuerte en el precio de sus acciones.

Si desde el ámbito político se pretende tensar aún más la soga, tal vez el nuevo gobierno gaste de manera muy rápida ese capital valioso con el que cuenta todo gobierno que debuta, y que significa que todos están dispuestos a esperar “a ver qué pasa”. Por lo pronto los mercados en baja dialogan con el nuevo presidente, con sus acciones. Habrá que ver cómo sigue ese diálogo.