La crisis financiera, que tuvo un alcance global y cuyas consecuencias aún se sufren, trajo consigo fuertes cambios, entre ellos el reemplazo de viejos traders, por una nueva generación de jóvenes, la mayoría de ellos inexpertos y, por supuesto, mucho más baratos que los que fueron abandonando sus escritorios. Según un estudio del Bank of International Settlements, la falta de experiencia de estos nóveles traders estaría ocasionando una serie de problemas en el mercado de divisas. Claro que, posiblemente, no toda la culpa deba recaer en estos nuevos jugadores del mercado, las condiciones económicas y financieras también aportan lo suyo.

El mercado de divisas afectado por la inexperiencia

En todos los mercados laborales, las viejas generaciones cuando se ven amenazadas por los más jóvenes que vienen empujando desde abajo, lanzan profundas e injustificadas críticas basadas en la juventud, la inexperiencia, su afición a la tecnología. Sin embargo, al parecer esa falta de experiencia ha jugado un papel determinante en un volumen de pérdidas cercano a los 5,1 billones de dólares, producidos en los últimos años en el mercado de divisas.

El informe del BIS, aunque no carga las tintas sobre la inexperiencia, dedica todo un párrafo a plantearse que la falta de conocimientos, la ausencia de esa visión sagaz que tienen los viejos operadores, podrían haber ocasionado el mal uso de los algoritmos y esto habría terminado amplificando las pérdidas.

Para el BIS, en octubre del año pasado, cuando la libra cayó en cuestión de minutos un 9% en los mercados asiáticos, habría estado involucrada la acción de traders inexpertos.

Los orígenes del problema

Para algunos especialistas, los problemas de falta de experiencia en el mercado de divisas, no es algo novedoso, sólo que ahora sale a la luz como consecuencia del informe del BIS y un estudio conjunto con el Bank of England.

Para Franz Gutwenger, un reclutador de New York, el 75% de los puestos de trabajo en el mercado de divisas son ocupados por jóvenes con menos de 5 años de experiencia y con salarios muy por debajo de lo que percibían sus antecesores en los puestos.

La necesidad de reducir costos y la automatización de muchas posiciones de trabajo, sirvieron para una drástica reducción de personal y su reemplazo por aquellos que, por ahora, prefieren confiar ciegamente en la automatización y dejan de lado algo de intuición, que caracterizaba a los viejos traders.

La consideración que tanta inexperiencia sentada en los escritorios, operando en el mercado de divisas es un riesgo enorme. La posibilidad que estos jóvenes entren en pánico ante el menor síntoma de crisis, podría agravar los problemas. Tal vez, habrá que comenzar a buscar la alquimia perfecta que combine la experiencia de aquellos “que lo han visto todo” y el empuje de las nuevas generaciones. Al fin y al cabo, la experiencia sólo se adquiere con el paso del tiempo.