En sintonía con lo que vienen sosteniendo los responsables de los principales bancos centrales, Mario Draghi se mostró partidario de nuevos estímulos. El titular del Banco Central Europeo sostuvo que, si las condiciones económicas se mantienen o se profundiza la desaceleración económica, habrá que actuar. Esta semana, la Reserva Federal y los bancos centrales del Reino Unido y de Japón tienen previstas sus reuniones de política monetaria. Esos eventos darán una pista del espíritu que reina entre los organismos monetarios. Luego de los comentarios de Mario Draghi, el euro operó en baja al igual que el rendimiento de los principales bonos europeos.

El BCE listo para intervenir, dice Mario Draghi

Hace solo seis meses, el Banco Central Europeo anunciaba el fin de los estímulos. Sin embargo, eso parece haber quedado en un pasado lejano. Mario Draghi, responsable del BCE, sostiene que están listos para una mayor inyección de estímulos y mantener las tasas bajas para enfrentar el actual escenario económico.

La inflación débil, reflejo de un consumo moderado, está moviendo a los bancos centrales a definir nuevas políticas. Ya, todos hablan de la posibilidad de recortes en las tasas y definir políticas de estímulos para combatir el actual estado de la economía.

En esa carrera ya se anotó Mario Draghi, que sostuvo que el proteccionismo, la debilidad de los mercados emergentes y los conflictos geopolíticos están condicionando el desarrollo económico. Hizo referencia en particular a la producción manufacturera.

Hace algunos días, el gobernador del Banco de Japón dijo estar dispuesto a “hacer lo que sea necesario” para enfrentar la debilidad inflacionaria. Lo mismo sostuvo Mark Carney del Banco de Inglaterra que, además, debe lidiar con el brexit. Ambas entidades tienen previstas sus reuniones de política monetaria esta semana.

Los desafíos del BCE

Las declaraciones de Mario Draghi en el foro anual del BCE, que se llevó a cabo en Sintra, Portugal, confirman las dificultades que enfrenta el banco central.

La zona del euro exhibe una caída en la producción industrial. Esto es particularmente visible en Alemania. La guerra de aranceles y la baja en las compras de China han minado la confianza de las empresas germanas.

Para 2021, el Banco Central Europeo prevé una inflación del 1,6%. Muy lejos del objetivo del 2%. Paradójicamente, fue Alemania quien ejerció mayor presión para que el banco central abandonara la flexibilización cuantitativa. Ahora, busca un salvataje.

Mario Draghi dejará su cargo en octubre de este año. A pesar de ello, dijo estar dispuesto a poner todas las herramientas de flexibilización a funcionar si no hay un giro en la economía global.

Los mercados financieros estarán especialmente atentos a lo que ocurra esta semana. La Reserva Federal, El Banco de Japón y el Banco de Inglaterra darán testimonio del camino a recorrer en los días previos a la Cumbre del G-20.