Comienza una semana de muchas expectativas en los mercados bursátiles de todo el mundo. Luego de una semana que dejó ver las dos mayores caídas de los índices en un solo día, después de siete años, los inversores ven con buenos ojos el rebote que comenzó el viernes. El índice de volatilidad ya suma dos jornadas en baja y los contratos a futuro de acciones norteamericanas se cotizan con importantes subas. Todo el mundo, en los mercados financieros, espera la calma luego de la tormenta.
Los futuros de acciones norteamericanas se mueven hacia arriba
Todo parece indicar que la semana que comienza va a darle un respiro a los ánimos crispados de los inversores, luego de las enormes caídas de la semana anterior. Los futuros de acciones norteamericanas se están moviendo, antes que suene la campana en Wall Street, en la dirección que la mayoría de los inversores espera.
El inicio de la jornada en Londres, mostraron que los contratos a marzo en el índice S&P 500 se elevaron un 1,2%. El dato es alentador porque se suma al rebote que se produjo el viernes, después de caídas que se equiparan con las del inicio de la crisis de 2008. Por su parte, los futuros del Dow Jones Industrial Average crecen un 1,3% en el inicio de la jornada en la City londinense, y los correspondientes al Nasdaq lo hacen un 1%.
El otro dato que los inversores querían ver es la caída del índice de volatilidad. El VIX-CBOE retrocedía, en el inicio de la jornada, un 11% y sumaba así, su segundo día en baja.
¿Y el pánico dónde está?
Fueron días difíciles para los mercados bursátiles los de la semana pasada. Las fuertes caídas en el precio de las acciones norteamericanas estuvieron de la mano de una ola de ventas importante. Sin embargo, la mayoría de los operadores y estrategas del mercado coinciden en afirmar que no hubo pánico entre los inversores, sino una preocupación sobre la corrección del mercado.
Algunos llamaron a sus corredores para ver si se abría una oportunidad de compra. Es lo que estaría poniendo de manifiesto el alza de los futuros de acciones norteamericanas antes de la apertura de los mercados.
Lo que más ha sorprendido a analistas y observadores, no es la magnitud de la caída en los precios de las acciones norteamericanas, sino la velocidad con la que se produjo. Claro que, los más memoriosos del mercado, rápidamente, retrocedieron sus recuerdos a 1998, cuando se produjo la caída del fondo Long Term Capital Management.
Ahora, los inversores esperan que suene la campana en Wall Street para comprobar si sus alivios son justificados.
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