El flamante presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, presidirá su primera reunión del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) el martes y miércoles próximos. La mayoría de los observadores da por sentado que de dicha reunión saldrá el primer aumento de la tasa de referencia de 2018. Esta, quizás, sea la más sencilla de las labores que el presidente de la FED deba enfrentar, porque a partir de este aumento, todos querrán conocer cuál será la velocidad y frecuencia de esos aumentos. Un paso en falso podría alterar los mercados, como ya ocurrió hace algunas semanas cuando la posibilidad de un mayor ritmo de aumento en las tasas sacudió a los mercados bursátiles.
Jerome Powell deberá trabajar en su discurso
Al cierre de 2017, los funcionarios de la Reserva Federal dejaron en claro que trabajarían sobre la base de tres aumentos de la tasa de referencia para 2018. En medio de una economía creciente, la decisión dejaba tranquilos a los mercados que se habían amoldado a la gradualidad y previsibilidad de la gestión de Janet Yellen. Con esto, la predecesora de Jerome Powell utilizaba la baja inflación para fortalecer el mercado laboral.
Sin embargo, los ritmos que ha adquirido el crecimiento de la economía norteamericana, en un contexto de crecimiento global, pone en evaluación los tres aumentos de tasas y los funcionarios ya especulan que podría haber, al menos, uno más. Las minutas de la reunión del FOMC del mes de enero dejaron la puerta abierta para este nuevo escenario, lo mismo que las intervenciones de Powell ante la Cámara de Representantes y el Senado.
Para Goldman Sachs, la reunión del FOMC de esta semana podría revisar el ritmo de aumentos y llevarlo a cuatro anuales. Aquí es donde comienzan las dificultades de Jerome Powell que deberá moverse con soltura, conduciendo a los funcionarios, por un lado, y dialogando con los inversores por el otro.
El plan del FOMC
El centro del debate entre los funcionarios del FOMC es el riesgo de inestabilidad financiera y ha colocado a algunos miembros de la Reserva Federal en una posición más restrictiva, lo que, en definitiva, es contrario al gradualismo “yellenista” que se ha venido desarrollando.
La Reserva Federal se encuentra abocada a establecer un conjunto de regulaciones para fortalecer la posición de los bancos, pero ha nadie se le escapa que existe todo un sector de los funcionarios del banco central que consideran que el nivel actual de tasas es demasiado bajo y constituye todo un riesgo en las actuales condiciones de crecimiento de la economía.
Jerome Powell deberá, además, seguir atentamente la evolución del mercado laboral. La tasa de desempleo viene manteniéndose en el 4,1% y algunos analistas coinciden en que podría continuar bajando. Los funcionarios del FOMC, o al menos una parte de ellos, considera que el continuo fortalecimiento del mercado del trabajo llevará inexorablemente a que los salarios comiencen a moverse más rápido de lo esperado.
Para Jerome Powell aún no existe un riesgo serio de recalentamiento de la economía, pero su confianza chocará con algunos funcionarios del banco central. El nuevo presidente de la Reserva Federal confía en que una tasa de desocupación que ronde entre el 3,5% y 5% es aún aceptable para su plan.
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