A pesar de que el próximo 25 de julio habrá una reunión clave entre el presidente de la Comisión Europea y el presidente Donald Trump, la Unión Europea ya prepara represalias a productos norteamericanos si el cónclave fracasa. Los funcionarios de ambos lados se muestran optimistas por el posible resultado de las negociaciones. Sin embargo, en Europa ya preparan un listado de bienes para reequilibrar el comercio. Estados Unidos ya ha “sancionado” a Europa con aranceles sobre el aluminio y el acero.

La Unión Europea quiere negociar, pero prepara su defensa

El 25 de julio será una fecha clave en la batalla por los aranceles. Ese día, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, se reunirá con el presidente Donald Trump para acercar posiciones sobre el conflicto que mantienen a las importaciones y exportaciones de productos.

A pesar de el optimismo que reina sobre la reunión, la Unión Europea ya ha dispuesto la elaboración de un listado de productos norteamericanos que podrían sufrir un aumento de aranceles en caso de que la reunión fracase.

El listado podría afectar al 20% sobre el valor de bienes provenientes de Estados Unidos. Con esta medida, la Unión Europea pretende alcanzar un reequilibro del comercio si Donald Trump persiste en establecer gravámenes sobre las importaciones de automóviles y autopartes europeas.

Cecilia Malmstrom, jefa de comercio de la UE, señaló que si EE. UU. insiste en establecer tarifas a la importación de vehículos y repuestos “sería muy desafortunado, pero también estamos preparando junto a los estados miembros una lista de medidas de reequilibrio.

Las alternativas de la Unión Europea

Una de las carpetas que Juncker llevará a Washington es la de establecer un acuerdo plurilateral sobre el comercio de bienes entre Estados Unidos y la Unión Europea. Sucede que la UE no puede reducir los aranceles del 10% sobre los automóviles norteamericanos si no hace extensiva esa reducción a todos los miembros de la Organización Mundial del Comercio.

No todos, en la Unión Europea, tienen la misma visión sobre cómo seguirán las relaciones comerciales con la administración Trump. Alemania, que en 2017 exportó 640 mil automóviles a Estados Unidos, quiere un pronto acuerdo para no afectar su propio comercio.

En cambio, para el gobierno de Emmanuel Macrón, lo que predomina es el escepticismo y consideran que los nuevos aranceles sobre los automóviles son inevitables. Los funcionarios franceses quieren evitar una escalada en la guerra comercial, pero no creen que sea el momento de negociar.

En la Unión Europea quieren evitar que el conflicto comercial siga escalando, pero preparan la respuesta de la cual, seguramente, nadie saldrá beneficiado.