Este miércoles concluyo la reunión del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC). El máximo órgano de decisión política de la Reserva Federal redujo a cero las proyecciones de aumentos en la Tasa de Referencia para 2019. La resolución implica un cambio importante con relación a las dos alzas previstas en la reunión de diciembre de 2018. También informaron que esperan que la Reserva Federal finalice la reducción del balance en mayo de este año. Los anuncios fueron tomados con tranquilidad por los mercados. Las acciones, que habían iniciado la jornada con pérdidas, revirtieron para luego finalizar en baja. El dólar cotizó en baja y los rendimientos de bonos del tesoro a 10 años cayeron.
La moderación se impone en las decisiones de la Reserva Federal
“Paciente”. Es la palabra que viene dominando las comunicaciones de la FED cuando se habla de la Tasa de Referencia. La referencia tiene que ver con el hecho de que la Reserva Federal no modificará su política con relación a la tasa. Al menos, hasta que finalice 2019 o las condiciones económicas sufran una fuerte modificación.
“Puede pasar algún tiempo antes de que las perspectivas de empleo e inflación requieran claramente un cambio en la política”. Así de clara fue la expresión de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal.
Si buceamos en las profundidades de la resolución de la FED, tal vez podamos ver más allá de la superficie. La realidad es que la reducción a cero de las proyecciones de aumentos en la Tasa de Referencia habla por si sola. El banco central ve como el crecimiento económico comienza a mostrar signos de desaceleración. A esto hay que agregarle que el panorama internacional no más alentador.
Hace algunos días, el Banco Central Europeo retomó el camino de los estímulos, a solo tres meses de haberlos retirado.
De los 17 funcionarios del FOMC con voto, 11 descartan aumentos en 2019, 4 se pronunciaron por un aumento, y los 2 restantes se inclinaron por dos aumentos anuales. A su vez, establecieron una proyección de la Tasa de Referencia del 2,6% para 2020, manteniéndola en ese rango en 2021.
La tasa de referencia condicionada por la economía mundial
Los funcionarios de la FED se encargaron de señalar algunos aspectos positivos. Sus objetivos de pleno empleo y una inflación estable y cercana al 2% esperado, se muestran con un éxito de la gestión monetaria.
Sin embargo, la Reserva Federal deberá lidiar con un escenario internacional complejo. Las economías de China y Europa muestran señales evidentes de desaceleración económica. Esto puede verse agravado cuando se cumpla, de manera efectiva, el brexit.
Esta vez, la entidad monetaria no quiere dejarse sorprender. En diciembre de 2018, los mercados financieros mostraron una fuerte volatilidad. Las acciones norteamericanas sufrieron fuertes bajas. No obstante, la Reserva Federal mantuvo su proyección de dos alzas de la Tasa de Referencia para 2019. Allí fue cuando comenzaron a arreciar las críticas a la gestión de la FED.
Como consecuencia de esto, la FED en enero comenzó a tranquilizar a los inversores con la posibilidad de no modificar la tasa. Esto se tradujo en una recuperación del mercado de acciones.
Finalmente, la reunión del FOMC redujo las perspectivas de crecimiento económico para Estados Unidos. La estimación para 2019 es, ahora, del 2,1%.
Aunque las noticias debieron estimular la toma de riesgos en el mercado de acciones, los índices no lograron recuperarse. El Dow Jones retrocedió un 0,55%. El S&P 500 bajó un 0,29%. Solo el Nasdaq exhibió una leve alza del 0,07%. Los mercados bursátiles aún deben lidiar con los retrasos en un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China.
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