El escenario del petróleo presente un panorama bastante complejo y, por supuesto, sujeto a una gran volatilidad. De un lado, las medidas de auto-restricción por parte de los países miembros de la OPEP en la producción, para reducir la oferta de petróleo y empujar los precios para arriba. Del otro lado, la buena performance de la producción de petróleo no convencional – de esquisto – en Estados Unidos que contribuido a la baja del índice WTI. Así las cosas, el negocio pasa por proyectos de ciclos cortos, abandonando, al menos por ahora, las inversiones en proyectos de magnitud.

La oferta de petróleo amenazada

Con un panorama de tanta inestabilidad – aún resta por saber cuál será la decisión de la OPEP respecto la continuidad de las restricciones – y un barril que no logra despegar de la zona de los 50 dólares, los productores han decidido concentrarse en proyectos de ciclo corto y bajo costo.

De esta forma, las inversiones en proyectos de envergadura han quedado para “algún futuro más promisorio” que, por supuesto, nadie sabe a ciencia cierta cuándo llegará. Pero de acuerdo a algunos analistas y hasta para los propios productores, esto es una amenaza para la oferta de petróleo que podría verse en dificultades para el año 2020.

Los productores de Shale Oil están cómodos con el lugar que están ocupando, con una producción de mucho más bajo costo que el petróleo convencional, su accionar ayuda a mantener los precios bajos y sería la intención hasta 2020. Pero esto mismo es una bomba de tiempo. Los ciclos cortos no podrán garantizar la demanda con una oferta de petróleo limitada.

La polémica está servida

Para la Agencia Internacional de Energía, éste será el año del renacimiento de las inversiones luego de una caída del 25% y consideró a Estado Unidos liderando los mayores niveles de gastos en proyectos. Una alternativa en el suministro por fuera de la OPEP.

Para la gente de Trafigura Group Ltd. los principales destinos de los fondos para financiación son los proyectos de ciclos cortos, en detrimento de los grandes proyectos. En tres o cuatro años la oferta de petróleo se verá afectada.

En cambio, para James Foster de BP Oil International no se visualiza con certeza una crisis en la oferta de petróleo. Según el analista, también se viene operando una baja en los costos de los grandes proyectos y esto estimulará a nuevos inversores.

Pero lo cierto es que la producción de shale oil aumenta y con el cese de las prohibiciones de exportación de crudo de Estados Unidos, se han abierto nuevos mercados y el abastecimiento se va moviendo allí donde la demanda es mayor.

La oferta de petróleo se ha colocado en el centro del debate para aquellos que miran al mercado en el futuro.