Continúan los problemas económicos y financieros en los países emergentes. Nuevamente, la moneda turca se ve sacudida por las decisiones de gobierno. El Banco Central de Turquía decidió, inexplicablemente, mantener las tasas de interés, en medio de una inflación creciente. La decisión de la máxima autoridad monetaria de ese país sorprendió a los inversores y analistas y provocó, rápidamente, el derrumbe de la lira turca. Muchos consideran que ha habido una clara injerencia por parte del presidente Tayyip Erdogán. También, caen los bonos soberanos turcos.

La caída de la lira turca, un problema recurrente

Luego de varios años de crecimiento económico en los países llamados emergentes – incluso a tasas superiores que la de los países centrales -, ciertos cambios en la economía global han hecho que los vientos de cola se transformen en tormentas. El alza de las tasas por parte de la FED, la posibilidad de la pronta salida de la UE de la flexibilización cuantitativa y los temores por la guerra comercial, están provocando una rápida salida de capitales de los países emergentes, en busca de aires más seguros.

Turquía y Argentina han sido los casos más emblemáticos. En el caso del país sudamericano, su moneda se depreció más del 30% en los últimos 2 meses. El gobierno del presidente Macri debió recurrir al auxilio por parte del Fondo Monetario Internacional.

En el caso de Turquía, existe una fuerte combinación de problemas económicos y políticos. El presidente Erdogán, recientemente reelecto, ha asumido el control total de las funciones ejecutivas del país. La lira turca viene acumulando contratiempos que se vieron profundizados por el nombramiento del yerno de Erdogán al frente del Banco Central.

El banco central a contramano de los fundamentos

El Banco Central de Turquía decidió mantener sin cambios la tasa de referencia, en 17,75%. Con una inflación que ha superado 3 veces el objetivo de la entidad monetaria, todos suponían que la tasa se elevaría, al menos, 100 puntos básicos.

Inmediatamente después de conocida la noticia, la lira turca se derrumbó un 3,7% y se cotizaba en 4,9155 liras por dólar. En tanto, el rendimiento de los bonos turcos a 10 años, se elevó 87 puntos básicos y se ubicaba a 17,72%.

Para los inversores, la lira turca está padeciendo los efectos de una política monetaria que va a contramano de los acontecimientos. Reducir los costos de endeudamiento, en medio de un crecimiento inflacionario, puede ser peligroso. Lejos de enfriar la economía, el gobierno turco mantiene una política laxa de créditos, que conspira contra la lira turca.