El dato que la Reserva Federal estaba esperando, llegó este viernes. El Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que la inflación subyacente – sin alimentos ni energía – se movió hacia las metas inflacionarias de la FED. En el mismo informe se reporta un incremento en las compras, que constituyen el principal motor de la economía estadounidense. La inflación subyacente es uno de los indicadores preferidos de la Reserva Federal porque deja fuera de la consideración la energía y los alimentos por su estacionalidad y volatilidad en sus precios.
La FED mira con alivio la inflación subyacente de mayo
El Departamento de Comercio de Estados Unidos, a través de su Oficina de Análisis Económicos, difundió los datos de la inflación subyacente y de los ingresos personales. La noticia debe haberse leído con entusiasmo en la Reserva Federal. La inflación subyacente creció un 0,2% en mayo, respecto al mes anterior y se encamina a los objetivos de la FED.
Medida anualmente, la inflación subyacente creció un 1,6%. Con el mes de mayo el consumo personal básico ya acumula dos meses de crecimiento consecutivos.
Las compras aumentaron un 0,4% en mayo contra un 0,6% registrado en abril. Este concepto constituye una de las partes más importantes de la economía nacional.
Por segundo mes consecutivo, los ingresos personales aumentaron un 0,5% con respecto al mes anterior. Recordemos que, en marzo, el ingreso personal aumentó el 0,1%. En los aumentos de los ingresos está una de las bases de crecimiento de la inflación subyacente.
Por su parte, los datos de la inflación, ya considerando aquellos bienes de mayor estacionalidad, crecieron un 0,2% y en términos anuales un 1,5%.
Ahora es el turno de la Reserva Federal
Los datos sobre la inflación subyacente difundidos este viernes sirven para reforzar la posición de la Reserva Federal. Sobre todo, en momentos que arrecian las críticas por no haber procedido a un recorte de la tasa de referencia.
Luego de su última reunión, el FOMC se mostró dispuesto a una reducción de los tipos de interés, pero no durante junio.
Es cierto que los niveles de crecimiento que expresa la inflación subyacente no modificarán la política dispuesta por el banco central. Sin embargo, los funcionarios están obligados a mirar más allá de los precios y los niveles de consumo.
La desaceleración económica global y su fogonero, la guerra de aranceles, imponen un desafío a los responsables de las políticas monetarias de los principales países. Junto a la FED, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón han dejado abiertas las puertas a nuevos estímulos si la inflación continúa siendo débil.
Mientras tanto, en Osaka, los principales líderes del mundo se reúnen en la Cumbre del G-20, donde la “mayor atracción” será el encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping. De ese encuentro, se espera que ambas naciones retomen las negociaciones hacia un acuerdo comercial.
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