Los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas del gobierno de la República Popular China han sorprendido a más de un analista, ya que los mismos expresan un crecimiento del Producto Bruto Interno para el primer trimestre del año superior al esperado. Aunque todavía existe una corriente que descree de los números suministrados por el gobierno sobre el comportamiento de la economía china, lo cierto es que la segunda economía del mundo parece dispuesta a recuperar su lugar. El debate que se abre es respecto al cómo. Los métodos pueden esconder una potencial burbuja explosiva. Mientras China se muestra como un nuevo faro del crecimiento global, en Estados Unidos, por segundo mes consecutivo, caen las ventas minoristas.
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El repunte de la Economía China
Según las cifras difundidas, el Producto Bruto Interno en China creció un 6,9% durante el primer trimestre de 2017. El número del indicador se ubica por encima de las expectativas, inclusive del propio gobierno chino.
Para los analistas, este crecimiento aumenta las perspectivas de devolver a China el lugar de importancia que tiene en el crecimiento de la economía global. Una locomotora que parce tirar del tándem del crecimiento de todos. Para IHS Markit “el repunte del crecimiento chino es un indicador positivo para Asia y para el crecimiento mundial, de la misma manera que apuntala a corto plazo los productos básicos”.
El crecimiento de la economía china se produce en momentos en que en Estados Unidos hubo una retracción de los precios y por segundo mes consecutivo se registró un retroceso en la demanda minorista. Si no se logra un equilibrio en la balanza comercial de ambos países podemos asistir a una nueva escalada de guerra comercial entre ambos países.
Nuevo crecimiento, viejas políticas
Para explicar este “repentino” crecimiento de la economía china, no hay que ahondar demasiado. Los nuevos indicadores están asentados sobre un fuerte gasto en infraestructura, un aumento en la inversión inmobiliaria y un nuevo aumento de la deuda pública y privada.
Es cierto que China se encuentra tratando de establecer un fuerte cambio en sus políticas de crecimiento. Durante años, la economía china se comportó como una enorme plataforma de importación y exportación, con un mercado interno débil, que es lo que se pretende revertir. Pero ese cambio podría hacer perder los motivos que hicieron que las grandes empresas elijan a China como su lugar de residencia.
Los temores están puestos en el enorme nivel de apalancamiento, producto de las fuertes inversiones inmobiliarias, los precios de las viviendas se han apreciado tal vez más de lo que el mercado pueda soportar.
Para William Adamas de PNC Financial Services Group, el “dato alentador” es que el crecimiento de la deuda acompañó el del PBI, cuando en años anteriores este crecimiento iba muy por encima del crecimiento de la economía china.
Los datos son alentadores para la economía global que todavía navega en la fragilidad, pero todos esperan que no haya un estallido de la burbuja inmobiliaria que por ahora se encuentra camuflada detrás de los aumentos de los precios de las viviendas y de la tierra, como lo expresó Zhu Ning del Instituto de Investigaciones Financieras de la Universidad de Tsinghua de Pekín.
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