El ex director del FBI, James Comey, se sentó, finalmente, frente al Comité de Inteligencia del Senado. Las expectativas por todo lo que tuviera para decir el funcionario despedido por Donald Trump eran tales que los bares de Washington abrieron horas antes para recibir a todos los que quisieran seguir la transmisión en vivo. El panorama se asemejaba mucho a alguno de los capítulos de la quinta temporada de “House of Card”. Una escueta respuesta no tardó en llegar desde la Casa Blanca ante el testimonio de Comey. Los mercados aún permanecen expectantes ante las posibles consecuencias.
James Comey temía que Trump mintiera
Fueron nueve los encuentros entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el jefe del Federal Bureau of Investigations, según lo relató Comey ante el comité. La primera de ellas se realizó el 6 de enero de este año, en New York, días antes de la asunción oficial de Trump como presidente.
James Comey dejó sentado que de cada encuentro escribió un memorándum debido a lo que él mismo definió como “la naturaleza de la persona”. En las reuniones, aseguró el ex funcionario, Donald Trump insistió con la “lealtad” y a partir de allí los pedidos de abandonar las investigaciones que pesaban sobre el Asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y la intromisión rusa en la campaña electoral de 2016.
Durante la reunión pública con el Comité de Inteligencia, James Comey se abstuvo de definir si el accionar de Donald Trump podía considerarse una obstaculización de la justicia.
Desde la Casa Blanca, la vocera presidencial, Sarah Sanders dijo ante los periodistas que “el presidente no es un mentiroso”. El golpe había calada hondo. Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ensayó una defensa poco ortodoxa al decir que “él (por Trump) es nuevo en el gobierno, por lo que, probablemente, no estaba inmerso en los protocolos que establecen las relaciones entre el Departamento de Justicia y la Casa Blanca”.
Luego de la declaración de James Comey, el Comité se reuniría en privado con él para ventilar aquellos temas que pueden ser sensibles a la seguridad nacional.
Las expectativas se centran en el rumbo que tomará el tema y cómo afectará la línea de flotación del gobierno.
Los mercados en el súper jueves
Como si la declaración de James Comey no fuera suficiente material para los titulares de las agencias de noticias, las elecciones en el Reino Unido y los resultados de la reunión del BCE concitaban otra parte de la atención de los inversores y analistas.
Aún se esperan algunos indicios en lo que parece ser una elección muy reñida entre conservadores y laboristas. Ni Theresa May ni Jeremy Corbey han querido adelantar especulaciones sobre el resultado. La libra se mostraba poco cambiante con respecto al dólar.
La reunión del Banco Central Europeo dio paso a la conferencia de prensa de su presidente Mario Draghi que transcurrió sin mayores sobresaltos. No hubo cambios en la política monetaria y las dudas sobre el crecimiento inflacionario sirvieron para que se sostenga que la política de estímulos continuará sin fecha fija de finalización. La noticia impactó sobre el euro que cayó un 0,38% con respecto al dólar.
En Wall Street, los ojos atentos a las palabras de James Comey, dieron lugar a pocos cambios en las pizarras. El S&P 500 registró 2.433,79 un 0,3% arriba, liderando las subas el sector bancario por segundo día consecutivo.
El súper jueves va transcurriendo sin mayores sobresaltos. Resta por ver el oleaje que provoque las declaraciones de James Comey.
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