En los últimos meses hemos asistido a fuertes sacudones en las economías de los mercados emergentes. Sus monedas han sufrido golpes cuyo impacto se ha extendido hasta los países desarrollados. Los inversores se desprenden de las divisas de estos países, en medio de los temores de la guerra comercial. Argentina y Turquía vieron como el valor de sus divisas se evaporaba en sucesivas corridas cambiarias. El gobierno argentino debió recurrir al auxilio del Fondo Monetario Internacional para garantizar los compromisos asumidos. Aunque aún existen dudas sobre si esto será suficiente. Pero, luego siguieron Sudáfrica, con el rand protagonizando un largo protagónico de bajas y, ahora Brasil, la primera economía sudamericana. Donde la caída del real se convierte en un ingrediente “más que picante” en medio de un sospechado proceso electoral.
Una guerra comercial que obliga a buscar refugio
Los inversores no están dispuestos a asumir más riesgos de los necesarios. 2008 todavía sobrevuela como un fantasma en los recuerdos financieros. Así es que cuando comenzaron a sonar los primeros toques de llamado a la guerra comercial, nadie quiso quedar lejos de un refugio.
Los mercados emergentes vieron cómo los inversores se desprendían de sus monedas para emprender el retorno con los dólares en el bolsillo. Pero, no fueron sólo los miedos a una guerra comercial. Las tasas de interés en Estados Unidos son, cada vez, más atractivas y esto actuó como un llamador.
En Argentina, las sucesivas corridas cambiarias contra el peso pusieron de manifiesto la debilidad de la economía bajo la conducción de Mauricio Macri. El dólar aumentó su cotización un 99% en los primeros 8 meses de este año. La tasa de referencia del banco central es del 60% y entre los inversores no hay seguridad de que Argentina pueda hacer frente a los compromisos de 2019, donde el 80% son en dólares.
Brasil atraviesa un complicado panorama político. Luego de la destitución de Dilma Rousseff, el actual proceso electoral sangra por todos los costados. Quien lidera las encuestas, Lula Da Silva, ha sido proscripto por el Tribunal Electoral y la transparencia parece estar escaseando en tierras cariocas. En ese panorama, ahora las encuestas son encabezas por la volatilidad que no para de crecer, y a la par el real continúa su senda devaluadora.
Mercados emergentes en medio del fuego cruzado
El presidente Donald Trump ha insistido en que la guerra de aranceles impulsará los empleos y el consumo en Estados Unidos. Sobre todo, en el sector manufacturero. Y el discurso que nace de las usinas de la Casa Blanca parece surtir efecto. Los inversores han comenzado a presionar a la baja los activos de los mercados emergentes.
Porque Argentina y Turquía, que encabezaron el pelotón de las monedas de mayor pérdida, no están solos. Brasil, India, Sudáfrica con su reciente ingreso en recesión, marcan que este proceso está en expansión. El peligro de contagio no es sólo para las naciones en desarrollo. Analistas e inversores temen que los efectos sean sobre toda la economía global.
Por lo pronto, nadie ha logrado establecer dónde se encuentra el final de este pozo. Pero, para los que creen que la película está llegando a su fin, reacomódense en sus asientos. Los mercados emergentes todavía pueden dar mayores muestras de hasta dónde puede llegar una crisis.
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