El simposio organizado por la Reserva Federal y que reunirá a los titulares de los principales bancos centrales del mundo se ha convertido en el centro de atención de los inversores, la prensa especializada y los analistas de los mercados financieros. Pero, sin dudas, todas las miradas se las llevará Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo. Los auspiciosos números que viene exhibiendo el crecimiento de la economía de la Eurozona, hace suponer que Jackson Hole será el lugar elegido para anunciar el fin de la flexibilización cuantitativa.
Principio y fin de la flexibilización cuantitativa
La última vez que Mario Draghi visitó el escenario de Jackson Hole fue en 2014 y, casualmente, fue en ese momento que el presidente del Banco Central Europeo anunciaba que la entidad “utilizaría todos los recursos disponibles para hacer frente a una inflación descendente y a una economía empobrecida”.
En el encuentro de 2014, Draghi dejaba sentadas las bases de lo que luego sería un profundo plan de intervención del BCE, conocido como flexibilización cuantitativa, y que no era otra cosa que un enorme programa de compra de bonos por parte del BCE y de tasas cero, para estimular la economía.
En aquel momento, la flexibilización cuantitativa y el conjunto de planes de estímulo lanzados por el BCE fueron vistos al menos con miradas controversiales. Pero los tres años de instrumentación parecen darle la razón a Draghi y a su equipo.
En junio de 2014, la tasa de desocupación en la Eurozona era del 11,5%. Tres años después esta se ha reducido al 9,1%. El número de trabajadores desocupados disminuyó en 3,7 millones.
El crecimiento económico de la zona del euro, previo a la flexibilización cuantitativa, sólo alcanzaba al 1,1% anual. El último informe de la Eurostat sitúa ese crecimiento en 2,5%. La inflación en la Unión Europea ha venido desarrollándose lentamente, pero se acerca a los niveles esperados por el BCE, aunque Europa sufre la debilidad de los precios que recorre a todas las economías desarrolladas.
Aplausos y expectativas
Para los analistas, Jackson Hole podría ser el lugar elegido por Mario Draghi para anunciar el posible fin de la flexibilización cuantitativa para 2018. El hombre fuerte del BCE, posiblemente, sea mucho más cauto de lo que todos esperan. Es cierto que ha llegado la hora de felicitar a quien soportó duras críticas pero que hoy exhibe uno de los mejores panoramas de crecimiento en el marco de la economía global.
Uno de los principales logros de Draghi, son el cual la flexibilización cuantitativa hubiera fracasado irremediablemente, fue lograr que la política monetaria fuera acompañada por las políticas fiscales de los diferentes gobiernos de la zona del euro.
En el inicio de los programas de estímulo, el BCE trataba de impulsar el crecimiento y la inflación mientras que los países de la unión desarrollaban políticas para reducir los déficits fiscales, dos trenes que entraban en colisión.
La salida de la flexibilización cuantitativa demandará un tiempo. Desde el BCE esperan que las tendencias al crecimiento se consoliden antes de una salida que podría retrasar todo lo construido. En Jackson Hole, Mario Draghi podrá exhibir sus logros, pero difícilmente sea demasiado explícito para anunciar la salida del programa que allí se inició.
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