El Banco Central Europeo trabaja intensamente para establecer un plan de retiro ordenado de los estímulos monetarios. El fin de la flexibilización cuantitativa estaría cerca, pero los funcionarios encargados de definir la política monetaria de la Eurozona están abocados a evitar cimbronazos en una economía que ha mostrado signos de fortalecimiento en los últimos meses. Un retiro de los estímulos podría ocasionar inconvenientes a Italia y España. Las elecciones del próximo domingo en Alemania son claves para el futuro del plan de reducción del balance y fin de la flexibilización cuantitativa.

Las elecciones alemanas y la flexibilización cuantitativa

El programa de estímulos de política monetaria, puestos en marcha por el BCE, para sacar a la moneda común de la crisis global a la que se enfrentó la economía mundial desde 2008 están próximos a llegar a su fin. Es cierto que aún no se conoce una fecha exacta para el retiro de la flexibilización cuantitativa, pero el tema ya ocupa el centro de la agenda del equipo dirigido por Mario Draghi.

Un debate más profundo acerca de cómo será la salida de la flexibilización cuantitativa viene siendo postergado en los últimos meses a la espera de los resultados de las elecciones alemanas, que deberán consagrar la continuidad de Angela Merkel o su sucesor, al frente del país que es el motor de la Eurozona. El BCE ha sido prudente en comunicar mayores precisiones sobre los estímulos, hasta que el panorama político alemán no se aclare por completo. Una victoria de Merkel fortalecerá los planes de salida de los estímulos.

Los problemas para España e Italia

El programa de compra de activos puesto en marcha por BCE y que, hasta ahora, se mantiene vigente, junto a las casi inexistentes tasas de interés han servido para impulsar el desarrollo económico de la zona del euro y para que los estados que la conforman y sus sistemas financieros pudieran sortear la crisis.

La flexibilización cuantitativa ha permitido que los países enfrenten sus importantes déficits fiscales y el excesivo endeudamiento privado, pero, estos estímulos han actuado de forma desigual.

Los casos de España e Italia son ilustrativos ya que, sin los programas de estímulos, estos países hubieran enfrentado serios problemas para resolver las cuentas públicas, a diferencia de otros países de Europa como Alemania o Francia.

El retiro de la flexibilización cuantitativa puede recrear escenarios críticos para España y para Italia. En España, el déficit público alcanza el 100% del PIB y en Italia es, aún, más elevado.

Si Merkel es revalidada al frente de Alemania, este país redoblará las presiones por una hoja de ruta más acelerada para la salida de la flexibilización cuantitativa. El país germano sostiene que la expansión monetaria y los bajos tipos de interés a desobligado a algunos estados a cumplir con pautas de reducción de sus déficits.

Alemania, como la nación más fuerte de la Eurozona, deberá ofrecer algo a cambio de un pronto retiro de la flexibilización cuantitativa. De lo contrario, el riesgo podría ser un nuevo proceso de fragmentación de la Unión Europea. Algo que ningún inversor desea que ocurra, pero es seguro que cuando eso ocurra, buscarán los mercados menos riesgosos y eso podría colocar en jaque las economías de algunos países.