Desde este miércoles y por dos días consecutivos, representantes de Estados Unidos y de China estarán reunidos en Washington. El objetivo es avanzar en acuerdos que pongan alivio a la guerra comercial que enfrenta a ambos países. Las conversaciones corren con el reloj en contra. El 1 de marzo es la fecha límite para un fuerte aumento de los aranceles a productos provenientes de China. Los analistas abrigan pocas expectativas de resultados positivos. Más allá de las ofertas de acuerdos que China puso sobre la mesa, Estados Unidos mantiene su intransigencia en temas claves.

China y Estados Unidos se reúnen con urgencias de ambos lados

El presidente chino, Xi Jinping, no dudó en enviar a su espada más fuerte a las negociaciones con Estados Unidos. Liu He encabeza la delegación de China que se reúne en Washington con el equipo encabezado por el hombre fuerte del comercio norteamericano: Robert Lighthizer.

Esta reunión es la continuidad de una similar realizada hace algunas semanas en Beijing. En esa ocasión, China ofreció un programa de compras de productos norteamericanos que permita llegar a 2020 con el comercio equilibrado entre ambos países. Estados Unidos posee un déficit en su balanza comercial con China de 373 mil millones de dólares.

La propuesta china no tuvo el eco esperado. La delegación norteamericana descree de la realidad del ofrecimiento. Además, Estados Unidos pone toda su atención en el robo de propiedad intelectual y transferencia obligatoria de tecnología. Acusaciones que el gobierno asiático rechaza.

Ahora, las urgencias importan. El 1 de marzo vence el plazo para un incremento de los aranceles que Estados Unidos aplica a 200 mil millones de dólares en productos provenientes de China. El aumento va del 10% al 25%.

Desde la cena que Donald Trump y Xi Jinping compartieron en Argentina, esta es la reunión de más alto nivel. Los empresarios están reclamando una pronta salida consensuada a la guerra comercial. Los efectos del combate se están haciendo sentir en ambos países. China exhibe un freno en su producción industrial. Por su parte, Apple informó el martes, fuertes caídas de sus ventas en el país asiático. Lo mismo ocurre con Harley-Davidson Inc.

La guerra comercial no ayuda a nadie

La Oficina de Presupuesto del Congreso, un organismo no partidario, dio a conocer un informe en el que prevé una caída del PIB de Estados Unidos. El esquema de aranceles impactará en un descenso de la economía de 0,1 puntos porcentuales anuales hasta 2029.

A pesar de estas perspectivas negativas para la economía norteamericana, Estados Unidos está haciendo poco para aliviar las tensiones. Los cargos judiciales contra la corporación china Huawei Technologies Co. han crispado los nervios de los funcionarios chinos.

La caída de la imagen positiva de Donald Trump, luego del cierre del gobierno federal tampoco está ayudando. Los analistas consideran que el único capaz de destrabar las negociaciones con China es el presidente. Pero los tiempos políticos no ayudan a estas decisiones.

Esta batalla de aranceles está golpeando al conjunto de la economía mundial. Las expectativas puestas en las negociaciones que se desarrollan en Washington son la expresión del daño provocado. Al final del camino, en la guerra comercial nadie podrá levantar la bandera de la victoria.