Como si se tratara de un film de un futuro muy lejano, la elaboración de productos gastronómicos en base a pollo artificial y otras carnes obtenidas mediante procesos de fecundación in vitro, ya son una realidad. Se trata de una técnica de laboratorio desarrollada por una start up de California que ya el año anterior había logrado producir albóndigas de carne vacuna, obtenida mediante estas técnicas. Ahora, han dado otro salto al producir carne de pollo y de pato.
El pollo artificial llega a la mesa
Son los números del consumo de la carne de pollo los que han movido a Memphis Meats a proponerse este desafío. en promedio, los ciudadanos norteamericanos consumen unos 40 kilogramos de pollo al año, esto se convierte en un mercado que mueve 90.000 millones de dólares.
Por su parte, en China el consumo de carne de pato supera los 3.000 millones de kilogramos anuales. Para que tengamos una idea del volumen de esto, la cifra es superior al consumo de este tipo de carne en todo el mundo.
Para la gente de Memphis Meats, las expectativas se colocan en llegar a los supermercados para el consumo masivo, en el año 2021. Uno de los obstáculos que deberán superar, es que, en las actuales condiciones de elaboración de la carne de pollo artificial, obtener un kilogramo cuesta unos 9 mil dólares. Pero el objetivo está colocado en que, para la llegada al mercado masivo, esta cifra se reduzca a los 5 dólares por kilo.
Una técnica novedosa
Si bien la producción de células in vitro ya no es una novedad, los destacado es que Memphis Meats ha logrado, a partir de células madre seleccionadas, producir carne de laboratorio. Primero fue carne vacuna para la producción de albóndigas, pero ahora ya está en pleno desarrollo, y con excelentes resultados, la producción de pollo artificial y, también, pato.
Desde Memphis Meats aseguran que el pollo artificial brinda a los consumidores la seguridad en cuanto a la higiene y condiciones de salubridad con las que se obtiene esta carne. La selección de células madre permite desarrollar trozos de carne de mejor calidad, un sabor más adaptado al gusto de los diferentes mercados y una textura que logre seducir los paladares.
Es claro que, uno de los mayores desafíos que se van a presentar para empresas como Memphis y otras que vayan siguiendo su camino, es vencer los prejuicios respecto al consumo de pollo artificial y otras carnes producidas a partir de técnicas de laboratorio.
Por lo pronto, todos los cañones apuntan a lograr que el pollo artificial sea desarrollado con costos de producción que lo conviertan en accesible para el enorme mercado que conforman los consumidores, amantes del pollo.
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