En una carrera contra el tiempo, negociadores canadienses y estadounidenses lograron ponerse de acuerdo. El objetivo era arribar a un acuerdo de libre comercio entre México, EE. UU. y Canadá que reemplace al Nafta. Con objetivos más modestos, el “nuevo Nafta” – que tiene su nombre propio – comenzó a tranquilizar a los operadores de los mercados financieros. Sucede que la región representa intercambios comerciales por más de un billón de dólares anuales. Canadá y México quedan exceptuados de los aranceles a los automóviles.
El reemplazante del Nafta es una versión más “light” de lo que se esperaba
Finalmente, Donald Trump logró desmembrar el Nafta, luego de 24 años de vigencia. Aunque su reemplazo no parece ser radicalmente diferente a lo que el presidente norteamericano calificaba como el “peor acuerdo comercial de la historia de EE. UU.”.
El nuevo tratado de libre comercio entre los tres países de América del Norte se llamará Acuerdo EE. UU.-México-Canadá (USMCA). Al parecer la originalidad en el bautismo no estuvo del lado de los negociadores.
Los analistas esperan que con este acuerdo que reemplaza al Nafta, las relaciones comerciales y políticas entre Estados Unidos y Canadá retornen a la normalidad. Ambos países, que contaban con una rica historia de cooperación reciproca, habían llegado a un punto de mucha turbulencia. Las constantes amenazas de Donald Trump, en el ámbito comercial, se encontraron con un primer ministro canadiense dispuesto a no ceder.
Avances en la relación comercial
El UMSCA, que dejará sin efecto al Nafta, avanza sobre algunos nuevos logros en materia comercial, sobre todo para Estados Unidos. Entre las clausulas que pudieron conocerse de manera no oficial, hay algunas que benefician al sector agrícola de Estados Unidos.
Los productores de EE. UU. tendrán, a partir del nuevo tratado, un mejor acceso al mercado lácteo canadiense. Un punto que intenta compensar la pérdida de terreno en ese segmento productivo, debido a la guerra comercial con China.
Uno de los puntos más controversiales del Nafta, el que hace referencia al tratamiento de conflictos sobre derechos antidumping y compensaciones binacional, ha quedado sin modificaciones en el nuevo tratado comercial.
Los aranceles al aluminio y al acero que Trump había aplicado a sus dos socios comerciales no serán modificados en el tratado. Serán abordados por separado entre cada uno de los países. Tampoco existe un cronograma de cuándo comenzarán a discutirse.
Se establecieron clausulas especiales para el comercio de automóviles. Las exportaciones de vehículos, por parte de Canadá y México, a EE. UU. no se verán afectadas por aranceles. Esto es hasta un límite de 2,6 millones de unidades por país. Aunque ninguno de los dos países alcanza esa cifra en niveles de exportaciones.
La ruta política del acuerdo
A finales de agosto, Donald Trump suscribió un acuerdo comercial bilateral con México. El objetivo era presionar a Canadá para la elaboración de un nuevo tratado que reemplace al Nafta y mantenga la triple vía comercial.
Los negociadores de Estados Unidos y Canadá trabajaron contra reloj para llegar a un acuerdo. Esto debía ocurrir antes de la medianoche del domingo y el resultado final fue el USMCA. En materia política, el acuerdo alcanzado permite que en México sea Enrique Peña Nieto quien firme el tratado, antes de dejar el cargo el 1 de diciembre.
En Estados Unidos, el trámite parlamentario aún debe enfrentar complicaciones. Posiblemente, el reemplazante del Nafta no sea tratado en el Congreso hasta 2019. Habría que pensar qué ocurrirá con el tratado si los demócratas logran el control de las cámaras en las elecciones de noviembre.
El Nafta ha muerto ¿Ha muerto?
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