A 40 días de su inauguración, los ojos del mundo se posaron sobre el primer discurso de Donald Trump en el Congreso de los Estados Unidos. Más allá de las palabras, el acto estuvo repleto de simbolismo tanto del lado republicano como por parte de los demócratas. El tono del discurso de Donald Trump se caracterizó por su moderación, en contraste con otras intervenciones que han caracterizado al presidente. Sin embargo, y pese a lo que muchos esperaban, la alocución del presidente de Estados Unidos estuvo lejos de poner en claro los proyectos legislativos que acompañarán sus propuestas de campaña.

El discurso de Donald Trump tuvo sabor a poco

Todos esperaban que el presidente norteamericano pusiera un poco más de claridad a la agenda legislativa que la mayoría republicana deberá defender en el Congreso de los Estados Unidos. Pese a ello, las precisiones faltaron a la cita. Los temas que más preocupan a los ciudadanos y a los mercados quedaron, nuevamente, como un cúmulo de promesas.

El tema de los inmigrantes dominó el escenario que ocupó Donald Trump, pero también las gradas del Congreso. Mientras que el presidente invitó a familiares de víctimas, asesinadas por inmigrantes indocumentados, los demócratas abrieron sus espacios, convocando a inmigrantes que fueron protegidos por la presidencia de Obama.

Pero el discurso de Donald Trump sobre la inmigración dejó una sensación de confusión entre las propias filas de los legisladores republicanos. Trump señaló que hay que avanzar en una nueva ley de inmigración “más real y positiva”. Si bien insistió en las deportaciones de extranjeros con antecedentes criminales e indocumentados, habló también de legalizar a aquellos con méritos laborales. Para algunos miembros de la bancada oficialista, esto es sinónimo de amnistía y causa cierta incomodidad.

El discurso de Donald Trump no profundizó sobre cómo se financiará el prometido mayor presupuesto militar. Tampoco dio mayores precisiones sobre las políticas fiscales ni el ambicioso plan de infraestructura. La política internacional, sobre todo la que refiere a acuerdos comerciales con otros países quedó sólo en los slogans. Hasta la derogación del Obamacare se quedó sin propuestas concretas. Sólo la exhortación al Congreso a derogarla.

Distintas visiones sobre el discurso de Donald Trump

El tono moderado del discurso, entusiasmó. Los analistas saludaron el abandono del tono electoral de las anteriores intervenciones del presidente.

A los líderes de la bancada republicana, que se pararon y se sentaron para aplaudir en numerosas ocasiones, les tocó la difícil tarea de defender las palabras del presidente. Para ellos, el discurso fue optimista y visionario. Según Mike McCaul, un republicano de Texas, será tarea del Congreso, llenar los espacios en blanco de la agenda.

Los inversores volvieron a criticar la falta de precisiones y hasta se animaron a señalar que el discurso fue alentador, pero “ahora hay que traducir la poesía a la prosa legislativa”. Los mercados que operaban en ese momento registraron pequeñas bajas durante el discurso de Donald Trump.

Para Sean Simko, cuya firma administra 8 mil millones de dólares en activos de renta fija, habrá que ver “cuánto tiempo, los inversores van a aceptar la incertidumbre”. Una clara señal que los tiempos urgen y todo esto puede volverse como un bumerán, en contra de los planes presidenciales.

El primer discurso de Donald Trump lo tiene como el presidente con mayor imagen negativo que ha debido enfrentar este reto. Sus antecesores, al llegar a estas instancias ya habían desarrollado una batería de acciones legislativas. Los contrastes tienen que ver con la forma en la que se construye en política, pero a esta altura habrá que ver si logra seducir a votantes, congresistas e inversionistas.