Algunas leyes y acciones impulsadas desde la Casa Blanca se transformaron en un creciente déficit de las cuentas públicas. A la manera tradicional, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos continuará financiado ese déficit emitiendo deuda a largo plazo. Es cierto que la oferta de títulos públicos no ha afectado la demanda, pero los economistas ven serios riesgos a largo plazo. Los bonos del Tesoro conservan su atractivo en una economía global convulsionada y esto ha hecho caer los rendimientos. Por segundo año consecutivo, el organismo dirigido por Steven Mnuchin planea emitir más de 1 billón de dólares para evitar el colapso de las cuentas públicas.
Departamento del Tesoro, un doble de riesgo
Cuando la administración de Donald Trump impulsó la ley que reducía la carga impositiva a las corporaciones, las advertencias corrieron por parte de aquellos que veían en riesgo el financiamiento público. A esto se sumó un fuerte incremento en el gasto público. El resultado es que hoy, Estados Unidos acumula una deuda de 16 billones de dólares.
Sin embargo, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha anunciado que continuará financiando el déficit de las cuentas públicas con la emisión de deuda a largo plazo.
La próxima semana Steven Mnuchin enfrentará el reembolso trimestral de bonos del Tesoro con una emisión de títulos a 3, 10 y 30 años por un total de 84 mil millones de dólares.
Para los analistas, el gobierno norteamericano deberá recurrir cada vez más a este mecanismo de endeudamiento.
En 2018, el Departamento del Tesoro emitió deuda por 1,34 billones de dólares. Un crecimiento de la emisión de más del 100% con respecto a 2017. Las previsiones para 2019 indican que el gobierno podría emitir bonos por un total de 1,4 billones de dólares.
De esta forma, el Tesoro de los Estados Unidos sale al rescate de una situación compleja. Para el año fiscal 2018, el cierre de las cuentas arrojó un déficit de 780 millones de dólares, el más alto de los últimos seis años.
Para 2019, la Oficina de Presupuesto del Congreso prevé que ese déficit alcanzará 200 millones de dólares más que en 2018.
El atractivo de los bonos del Tesoro
A pesar de la creciente emisión de deuda, los bonos no pierden el atractivo para los inversores. El rendimiento se ha mantenido en niveles bajos debido a que la compra de bonos continúa con buen ritmo.
La demanda de bonos emitidos por el Departamento del Tesoro se asienta sobre las incertidumbres de la economía global. Las diferentes proyecciones prevén una desaceleración de la actividad económica mundial. A esto debemos sumarle que la guerra comercial entre las dos principales economías mundiales abonan las perspectivas de freno económico.
Por su parte, las acciones norteamericanas han tenido comportamiento con oscilaciones más allá de lo deseable. En un año, los indicadores del Wall Street registran un rojo poco atractivo. El S&P 500 acumula una pérdida del 7,35%. El Dow Jones Industrial Average cayó un 7,23%. Por último, el Nasdaq retrocedió un 5,10%.
A pesar de alto nivel de endeudamiento, los inversores apuestan a carteras combinadas donde los bonos del Tesoro siguen siendo favoritos. Esto convierte a Steven Mnuchin y al Departamento del Tesoro en el piloto de tormentas del gobierno.
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