Una inflación del 2% parece un objetivo lejano y difícil de lograr para la economía de Japón. Por eso, el gobernador del Banco de Japón sostiene que hará lo que sea necesario para impulsar nuevamente el consumo. La economía japonesa no se ve tan mal, pero los niveles de inflación están muy por debajo del organismo monetario que conduce Haruhiko Kuroda. De esta manera, el banco central de Japón se coloca en sintonía con lo que ha sostenido hace unos días el Banco Central Europeo y con lo que pueda pasar en la próxima reunión de la FED.

La capacidad del Banco de Japón para mover la inflación

Las principales economías del mundo vienen enfrentando una contradicción que no estaba prevista en los manuales de economía. Los indicadores de pleno empleo que se exhiben en el mercado laboral contrastan con un consumo que no logra despegar. Los índices inflacionarios en estos países se encuentran por debajo del objetivo del 2%.

El gobernador del Banco de Japón ha dicho que se siente emparentado con la frase de su par del BCE, Mario Draghi de hacer “lo que sea necesario”. Haruhiko Kuroda dice que cuenta con las herramientas y las ideas necesarias para revertir el proceso de baja inflación que domina a su país.

Digamos de paso, que Japón no es un improvisado en materia de estímulos. Fueron los primero en impulsar la flexibilización cuantitativa. Las tasas de interés negativas y cercanas a cero tuvieron al Banco de Japón como uno de sus impulsores.

Ahora, el titular del banco central dice que están dispuestos y con la capacidad de hacer grandes cosas para revertir la situación.

Japón se prepara para recibir en Osaka a los líderes mundiales en la Cumbre del G-20. Será la oportunidad en que los mandatarios y sus equipos económicos debatirán el ingreso en un nuevo proceso de desaceleración económica. Aunque el tema excluyente será la guerra comercial. Donald Trump y Xi Jinping volverán a verse las caras.

Los inversores miran a Haruhiko Kuroda de reojo

La intención de Kuroda fue la de enviar un mensaje a inversores, empresarios y consumidores. Hay una disposición del Banco de Japón para enfrentar este planchazo de la economía. Sin embargo, el grito de guerra quedó en la nada. Las dudas están en si Haruhiko Kuroda cuenta con las herramientas y los recursos necesarios para sacudir el actual ritmo de la inflación.

Algunos analistas comienzan a preguntarse si no habrá llegado la hora de redefinir los objetivos inflacionarios. Luego de la crisis de 2008, los bancos centrales se vieron ante numerosas dificultades para alcanzar el objetivo tan preciado del 2%. Como dijimos antes, fue el BOJ el primero en establecer tasas negativas para estimular el consumo y el crédito.

Los números que exhibe hoy la economía japonesa no alcanzan un nivel de dramatismo alarmante. El mercado laboral exhibe su mejor comportamiento en 30 años, 2,4% es la tasa de desempleo. El crecimiento del PIB en el último trimestre ha sido del 2,2% y, el dato alentador, los pedidos de maquinarias se elevaron un 5,2%.

Los mercados de bonos ya operan con la convicción de que los principales bancos centrales caminarán el recorte de tasas.

Lo que persiste es una falta de fe en la capacidad del Banco de Japón de mover la política monetaria para alentar el consumo sin resquebrajar las otras variables.