El Brexit se ha convertido en el principal condicionante de la economía británica. Por eso, el Banco de Inglaterra decidió mantener su tasa principal sin cambios a la espera de cómo se desarrolle el divorcio. De todos modos, el BOE expresó que la salida de la Unión Europea crea incertidumbre y recorre el camino de la desaceleración económica. La entidad presidida por Mark Caney redujo, este jueves, las expectativas de crecimiento para 2019 y 2020. Los anuncios no afectaron demasiado a la libra esterlina que continúa en baja.

El Banco de Inglaterra elige la cautela

Mientras los principales bancos centrales comienzan a moderar sus políticas de tasas de interés, el Banco de Inglaterra decidió esperar. El martes, la Reserva Federal recortó 25 puntos básicos la tasa de referencia. En septiembre, el BCE podría recortar las tasas y retomar los estímulos. En medio de todo eso, el BOE resolvió mantener sin cambios su tasa principal, a la espera del desarrollo del Brexit.

El Banco de Inglaterra se encuentra atrapado en una encrucijada. Desde la asunción de Boris Johnson, en reemplazo de Theresa May, las posibilidades de un Brexit duro se han incrementado. “La creciente incertidumbre sobre la naturaleza de la salida de la UE podría significar que la economía pueda seguir una amplia gama de caminos en los próximos años”.

Así, el banco central del Reino Unido votó por unanimidad mantener la tasa clave en 0,75%. Al mismo tiempo, resolvió sostener la compra de activos como lo viene haciendo.

Esta es la primera declaración oficial del Banco de Inglaterra desde el cambio de primer ministro.

Luego de las conclusiones de la reunión del BOE, la libra esterlina se mantuvo con pocos cambios. La moneda británica viene mostrando un comportamiento errático y se encuentra en el nivel más bajo de los últimos dos años. Este jueves cotizaba a $ 1,2106.

Mark Carney elude el Brexit duro

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha elegido el camino diplomático para el movimiento del banco central.

El organismo monetario se limitó a comentar que un Brexit duro creará un escenario donde la libra caerá, habrá una desaceleración económica y un aumento de la inflación.

Sin embargo, en las proyecciones para los próximos años, el Banco de Inglaterra trabajó eludiendo un escenario de Brexit sin acuerdo. De esta manera, el BOE evitó un potencial enfrentamiento con el nuevo primer ministro.

En su comunicado, el banco recortó los pronósticos de crecimiento para este año al 1,3%. Lo mismo para 2020. Además, prevé un menor crecimiento de las exportaciones. Para 2020, el BOE considera que la inversión de las empresas será más débil.

En las previsiones, el organismo especula en que un aumento de un cuarto de punto de la tasa clave reducirá la inflación por debajo del 2%. Por el contrario, un recorte de 25 puntos básicos podría elevar los precios al 2,4%.

Estas indefiniciones tienen que ver con el resultado que pueda tener el Brexit. El Banco de Inglaterra está preparado para diversos escenarios. Tal vez, por eso ha decidido mantenerse en espera.