Una buena noticia recorre los mercados financieros. El presidente Donald Trump estaría dispuesto a retrasar 60 días la entrada en vigor de los nuevos aranceles a productos chinos. Las negociaciones que se llevan adelante en Beijing entre las dos principales economías del mundo están bien encaminadas. Aunque la noticia no ha tenido confirmación oficial, algunos comentarios del presidente norteamericano abonan esa posibilidad. Los mercados bursátiles europeos han reaccionado positivamente y empujan a los futuros de acciones norteamericanas. Donald Trump espera que China se allane a abordar cambios estructurales en su economía.
Donald Trump dice que las negociaciones “van muy bien”
Las negociaciones por el conflicto de aranceles que enfrenta a Estados Unidos y a China van por buen camino. Al menos eso es lo que ha dejado entrever Donald Trump quien ha asegurado que las conversaciones “van muy bien”. Al mismo tiempo señaló que China “nos está mostrando un gran respeto”.
La delegación norteamericana, encabezada por Robert Lighthizer y Steven Mnuchin, mantiene reuniones con el viceprimer ministro Liu He. También se maneja la posibilidad de un encuentro entre el Representante Comercial de Estados Unidos con el presidente Xi Jinping.
Estados Unidos colocó el foco de atención en puntos delicados de la relación comercial entre ambos países, hoy enfrentados por una fuerte guerra comercial. Los representantes de Donald Trump esperan lograr una reducción del superávit comercial que China tiene sobre EE. UU. de 300 mil millones de dólares.
China ha propuesto un plan de seis años aumentando la compra de productos norteamericanos para equilibrar la balanza comercial.
Además, Estados Unidos insiste en la defensa de la propiedad intelectual que China viola de manera sistemática.
Si las negociaciones avanzan en el camino deseado, Donald Trump podría aplazar por 60 días los nuevos aranceles a productos chinos. El 1 de marzo un nuevo esquema que eleva los aranceles al doble para 200 mil millones de dólares en productos chinos debería entrar en vigor.
Los productos chinos aún llevan la delantera
Uno de los principales reclamos de la administración de Donald Trump es el fuerte desequilibrio comercial entre ambos países. Durante el mes de enero el superávit comercial a favor de los productos chinos fue de 27,3 mil millones de dólares.
La propuesta de los representantes chinos de equilibrar la balanza comercial en un plazo de seis años es tomada con recelo. En términos económicos será muy difícil alcanzar el equilibrio deseado. Un aumento significativo de las compras de productos norteamericanos podría provocar otros desequilibrios en el comercio internacional.
Si China decidiera aumentar las compras, por ejemplo, de granos de soja a EE. UU. requeriría aumentar el área sembrada. Además, China podría resignar la compra de estos granos a países como Brasil o Argentina.
Por otra parte, Donald Trump aspira a que la importación de productos chinos se vea reducida y empujar a un retorno de las empresas norteamericanas que producen en el país asiático. Si las sanciones arancelarias a productos chino se aplazan, los inversores recibirán un baño de confianza para retomar los activos de riesgo. Para los analistas, un retraso de los nuevos aranceles podría contribuir a una estabilidad de comercio internacional.
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