La algarabía se apoderó de la Casa Blanca cuando el Senado de los Estados Unidos sancionó, finalmente, la reforma impositiva impulsada por Donald Trump y los republicanos miembros del Congreso. El presidente de los Estados Unidos festejó lo que él considera mayor reducción impositiva en 34 años y dijo que las grandes empresas ya no tendrán necesidad de instalarse en el extranjero luego que la ley sea promulgada. De acuerdo con algunas encuestas difundidas, la euforia de los miembros del GOP no es totalmente compartida por la mayoría de los estadounidenses.
La reforma impositiva de las corporaciones
Donald Trump se encuentra disfrutando de su primer triunfo legislativo, luego que el miércoles el Senado de los Estados Unidos sancionara la ley de reforma impositiva. El presidente asegura que, a partir de ahora las corporaciones no necesitarán trasladar sus sedes a otros países, ya que en Estados Unidos encontrarán las mayores facilidades en materia de impuestos para proteger sus beneficios.
Trump dejó en manos de sus legisladores la redacción del texto de la ley que había sido uno de sus principales ejes de campaña. Su papel se limitó a comentarios en las redes sociales y a los discursos en los que fue convocado. Es así como pudo observarse las idas y vueltas que tuvo el proyecto a la hora de definir la reducción de las tasas corporativas.
Desde la Casa Blanca, al inicio del debate por la reforma impositiva, se hizo saber que la aspiración era pasar de una tasa del 35% al 15% para las empresas. Posteriormente, Donald Trump estuvo de acuerdo que el porcentaje quedara en el 20% y, hasta que podría aceptar un 22%. Lo real es que el paquete aprobado por el Senado dejó dicha tasa en el 21%.
Los números del accionar de Donald Trump y de la Casa Blanca
El presidente de los Estados Unidos y sus funcionarios de la Casa Blanca recurrieron al lobby sistemático para lograr la aprobación del proyecto. Donald Trump habló de la reforma impositiva en 18 ocasiones, desde que comenzó el debate en el mes de agosto, incluyendo los discursos en diferentes estados. Durante el viaje a Asia de Trump, la posta la tomó el vicepresidente Mike Pence, que habló en 40 eventos vinculados con la reforma tributaria.
Además de eso, Donald Trump hizo cien llamadas telefónicas a miembros del Congreso y Gary Cohn, director del Consejo Económico Nacional, se reunió con 260 legisladores. También Ivanka Trump hija del presidente, jugó su papel organizando cenas y eventos.
¿Qué dicen los estadounidenses?
Mientras en la Casa Blanca disfrutan de las mieles de este triunfo legislativo, necesario para cualquier aspiración política de Trump, no han perdido de vista que los objetivos de la reforma impositiva no seducen a la mayoría de la población norteamericana.
Una encuesta llevada a cabo por la NBC News y el Wall Street Journal da cuenta que sólo el 24% de la población está de acuerdo con la nueva ley de impuestos. El 66% la cuestiona diciendo que es una ley destinada a favorecer solo al sector más rico de los Estados Unidos.
Cuando los ecos de los festejos comiencen a acallarse, Donald Trump y los funcionarios de la Casa Blanca saben que deberán encarar una enérgica acción para revertir los malos sondeos de opinión que rodean a la reforma impositiva.
Los funcionarios creen que el cambio de opinión comenzará a hacerse visible cuando, en febrero, los trabajadores reciban sus cheques y se noten los efectos de la reforma.
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