Todo parece indicar que Donald Trump se inclinará por Jerome Powell para conducir los destinos de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Powell, que ya integraba una selecta lista de seis candidatos, deberá reemplazar a Janet Yellen al frente del banco central más importante del mundo. Con una economía en alza, se espera que el nuevo presidente encare una etapa marcada por un programa de elevación de tasas de interés, pero, los desafíos que deberá enfrentar Jerome Powell son mucho más extensos que eso.
Jerome Powell, el conductor designado
La elección del nuevo presidente de la Reserva Federal es una decisión de alcances muy amplios. En la designación de Jerome Powell, Donald Trump estará depositando una parte sustancial del futuro de su administración.
El escenario en que le tocará asumir, a partir de febrero, al nuevo conductor designado de la Reserva Federal, estará signado por una aceleración del crecimiento, una inflación por debajo de las expectativas que marca un nivel de consumo aún alejado del ideal, y un mercado laboral cada vez más fuerte, con la tasa de desocupación más baja de los últimos dieciséis años. A esto habrá que sumarle que ya comenzó la reducción del balance de la FED.
Una delgada e imperceptible línea separa la política respecto a la tasa de referencia. De acuerdo con el ritmo que se le quiera imponer a una suba de los tipos de interés, afectará de diferentes maneras la marcha de la economía norteamericana.
Sabemos que Jerome Powell es partidario de elevar los tipos. Pero, un alza demasiado acelerada podría causar un enfriamiento de los mercados bursátiles, mantener los niveles de inflación alejados del esperado 2% y, finalmente, conducir a la economía norteamericana a una recesión.
Por el contrario, una política demasiado lenta respecto a las tasas empujaría a un crecimiento desmedido en el precio de ciertos activos y la posibilidad del nacimiento de una o más burbujas financieras.
Las perspectivas de Powell y la Reserva Federal
Todos los pronósticos indican que Jerome Powell asumirá la conducción de la Reserva Federal en un año que estará condicionado por una posible desaceleración del crecimiento y, con pocas herramientas alternativas.
Powell deberá subirse a un barco cuyo timón está puesto en el rumbo de salida de crisis, un cambio de orientación puede ser traumática para la política monetaria y para el rumbo de la economía, que se expanda a nivel global.
El precio de las acciones y de otros activos financieros continúa creciendo a buen ritmo, pero los salarios lo hacen de una forma bastante moderada. Esto está ampliando de forma considerable la brecha entre ricos y pobres.
El dilema que deberá enfrentar Jerome Powell es lograr los niveles de inflación deseados y al mismo tiempo, evitar que la burbuja de los precios de los activos financieros se expanda demasiado.
Seguramente, la transición no será nada fácil y Donald Trump sabe que su administración estará bajo escrutinio público, a través de su política monetaria. Hoy, a las 3 p.m. se espera el anuncio. Aún le quedan algunos meses a Jerome Powell acomodarse para lo que vendrá.
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