Los datos del comercio internacional chino correspondientes al mes de diciembre de 2019 cayeron como un mazazo sobre los inversores. Los informes de las exportaciones e importaciones de la segunda economía del mundo fueron peor de los esperado. La guerra de aranceles y la desaceleración de la economía, a escala global se han expresado con fuerza en el derrumbe comercial de China. Los mercados bursátiles reaccionaron de manera negativa. Las acciones asiáticas y europeas cayeron, arrastrando a los futuros de acciones norteamericanas. Para China se impone, ahora, alcanzar un pronto acuerdo con Estados Unidos.

China ante un derrumbe comercial inesperado

Los datos correspondientes al mes de diciembre para las exportaciones e importaciones de productos en China arrojaron datos preocupantes.

Las exportaciones chinas retrocedieron un 4,4% en diciembre de 2018, con respecto a diciembre de 2019. Por lo tanto, el crecimiento de la venta de productos al exterior fue menor a lo esperado. La guerra comercial desatada por Donald Trump ha jugado su papel decisivo en estos datos.

Sin embargo, hay un dato que golpeará con fuerza en el Salón Oval y provocará una posible catarata de tuits. El superávit comercial de China con relación a los Estados Unidos creció un 17,2% en el año. Mientras que las importaciones de productos provenientes de Estados Unidos solo crecieron un 0,7%.

En materia de importaciones, China también fue un reflejo de la contracción de la economía y los efectos de la guerra comercial. El ingreso de productos provenientes de otros países cayó un 7,6% con respecto al año anterior.

Los temores de los fabricantes se expresan en una contracción de la demanda de materias primas e insumos de fabricación.

Los datos del derrumbe comercial en China no deben ser atribuidos solo a la disputa de aranceles. La desaceleración del crecimiento económico está limitando la demanda y afecta al país asiático, en su condición de principal proveedor mundial.

Los mercados bursátiles acusan el golpe

Para la mayoría de los analistas, el derrumbe comercial chino afecta a las dos potencias a ambos lados del océano.

La República Popular China estará obligada a alcanzar un acuerdo comercial con Estados Unidos. Los tiempos corren y el 1 de marzo entrarán en vigencia los nuevos aranceles dispuestos por Trump a los productos provenientes de China.

Pero, si la debacle comercial china continúa, la administración Trump habrá conseguido una victoria “pírrica”. Las noticias provenientes de Asia afectan al conjunto de la economía mundial y a los mercados financieros globales.

La jornada del lunes se inició con fuertes caídas en los mercados bursátiles de Asia y Europa. En Hong Kong, el índice Hang Seng retrocedió un 1,38%. Los mercados bursátiles de Shanghái también operaron en baja. El CSI 300 cayó un 0,87%. Lo mismo ocurrió en Corea del Sur, donde su índice KOSPI se contrajo un 0,53%. Los índices japoneses quedaron por fuera de la ola de bajas. El Nikkei 225 subió un 0,97% y el TOPIX lo hizo un 0,51%.

Los principales indicadores de los mercados bursátiles de Europa operan en baja. El Stoxx Europe 600 retrocede un 0,66%. En Alemania, el DAX pierde un 0,55%. El FTSE 100 del Reino Unido cae un 0,87%.

Los futuros de acciones norteamericanas también operan en baja en Londres. Los contratos para el S&P 500 caen un 0,79% y los de Dow Jones lo hacen un 0,78%.

Los desafíos

Los observadores especulan que el retroceso en el comercio internacional chino se prolongará. Esto, por supuesto, golpeará sobre el conjunto de la economía mundial. Los inversores han recurrido a los refugios tradicionales. Los bonos gubernamentales se apreciaron en los principales países, derrumbando los rendimientos. También el yen japonés se apreció con respecto al dólar.

Además de alcanzar un urgente acuerdo con Estados Unidos, China deberá darle impulso a su mercado interno. Para ello deberá promover una transformación en los niveles de consumo interno. Apoyar el empleo y las inversiones.

El derrumbe comercial chino es la antesala de futuros cimbronazos en la economía mundial. El peligro de una crisis financiera a escala global está latente.