La tan esperada reunión de la OPEP en Viena no produjo los resultados esperados, aunque las medidas que se adoptaron no fueron una sorpresa. La decisión de prolongar por nueve meses más los acuerdos de reducción – que incluye a países no miembros de la organización – fue recibida con frialdad y escepticismo por los mercados y los precios, tanto del Brent como del WTI, sufrieron importantes caídas, lo mismo ocurrió con los futuros del crudo. Para los analistas, las medidas tienen cierto sabor a insuficiencia y las excepciones juegan su papel.
Un acuerdo que entusiasma poco
Cuando en noviembre de 2016, la OPEP anunciaba luego de ocho años una política para reducir las existencias de crudo y empujar los precios del barril por encima de los 50 dólares, los mercados se abrazaron a esta perspectiva y en poco tiempo el precio del crudo tuvo un importante salto de casi el 20%.
El acuerdo de noviembre consistía en una reducción de 1,2 millones de barriles diarios para los países de la OPEP, que luego logró sumar a once países no miembros – encabezados por Rusia -, llevando la reducción a 1,8 millones de barriles.
Con el paso de los meses, el acuerdo comenzó a mostrar la incapacidad de controlar los stocks de crudo existentes. Un papel le cupo al petróleo de esquisto que se produce en Estados Unidos que aumentó la presión sobre las existencias. Así, en poco tiempo las subas fueron cayendo y la barrera de los 50 dólares se convirtió en un alto muro difícil de flanquear.
La reunión de la OPEP que acaba de finalizar decidió, junto a los países no miembros, extender las reducciones por nueve meses más – hasta marzo de 2018 – pero las cuotas de reducción para cada país no fueron profundizadas, inclusive se mantuvieron las exenciones de cumplimiento para Nigeria y Libia.
La reunión de la OPEP no convenció a los mercados
Los precios del crudo venían demostrando que los acuerdos de noviembre eran insuficientes y desde los mercados se reclamaba que la reunión de la OPEP fuera más agresiva para la recuperación del precio del crudo. Sin embargo, nada de eso ocurrió. Los niveles de la reducción se mantuvieron y no se ha definido ninguna política para evitar los incumplimientos por parte de los países miembros.
Finalmente, fue el plan acordado entre Arabia Saudita y Rusia el que terminó prevaleciendo y los mercados recibieron la noticia con bajas importantes en el precio del Brent y del WTI. Los futuros se negociaron hasta 48,45 dólares el barril para terminar cerrando la jornada a 48,90.
El ministro de petróleo de Arabia Saudita, Khalid Al-Falih, sostuvo que se “va a hacer todo lo necesario” para recuperar el precio del crudo. El principal temor que hoy existe es que luego de marzo y pese a los discursos posteriores a la reunión de la OPEP, tanto los países miembros como sus aliados vuelvan a la producción libre que significó el hundimiento del precio en 2014 y 2015.
Antes de la reunión de la OPEP, el anuncio conjunto por parte de Arabia Saudita y Rusia sobre la continuidad de los acuerdos de reducción había empujado hacia arriba los precios del petróleo. ahora nadie está contento ni tranquilo.
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