El presidente Donald Trump parece absolutamente decidido a revertir los saldos de la balanza comercial norteamericana y colocarlos a su favor, sin importar el daño colateral y los costos que puedan acarrear sus acciones. Su política de fuerte incremento en los aranceles a los productos importados comenzó con las nuevas tarifas al aluminio y al acero, y ahora, se centran en los productos de alta tecnología provenientes de China. Esto ha sacudido el mercado de las acciones tecnológicas, arrastrando al resto de los indicadores bursátiles. Tanto China como otros bloques regionales preparan represalias y los inversores se encuentran al borde del colapso ante la eventualidad de una guerra comercial.
“Made in China 2025” en el centro de la guerra comercial
La ofensiva lanzada por la administración de Donald Trump, para requilibrar la balanza comercial de Estados Unidos, se está llevando adelante en varios frentes en simultaneo. A partir de las nuevas tarifas para el aluminio y el acero, se encuentra negociando nuevas condiciones en el Nafta, con México y Canadá. Ha colocado en revisión los acuerdos bilaterales con Corea del Sur, y se encuentra en negociaciones con diferentes bloques que han solicitado exenciones en los aranceles a los metales.
Pero, su principal interés se ubica en las relaciones comerciales con China, donde Estados Unidos presenta un importante déficit comercial. Donald Trump ha acusado a china de robar propiedad intelectual estadounidense y ha lanzado un fuerte ataque a los productos de alta tecnología provenientes de ese país, a través de amenazas de arancelamiento.
La guerra comercial de Trump ha hecho foco en la estrategia de China conocida como “Made in China 2025” o “Hecho en China 2025”. Una estrategia por la cual el gigante asiático pretende liderar a pleno la industria de productos de alta tecnología.
“Made in China 2025” fue lanzado en 2015 y abarca a una importante cantidad de ramas de producción vinculados con la tecnología de punta. Allí se anotan tecnología de la información, maquinaria y robótica de punta, aeroespacial, equipos y barcos marinos, transporte ferroviario avanzado, nueva energía vehículos, energía eléctrica, maquinaria agrícola, nuevos materiales y biomédica.
Peter Navarro ha prometido esfuerzos para evitar que la estrategia de China culmine, finalmente, con el liderazgo en todas esas ramas industriales. Antes del 6 abril, el Representante Comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, deberá elevar una nómina de productos de alta tecnología que serán sujetos a fuertes aranceles.
La Unión europea se abroquela y promete represalias
La Unión Europea, a través de la Comisión Europea, ha formulado un llamado a los 28 países miembros a evitar las negociaciones bilaterales con Estados Unidos y ha mantener una política comercial común frente a los desafíos planteados por la guerra comercial de Donald Trump.
Desde la Comisión Europea han descartado iniciar conversaciones sobre un tratado de libre comercio y están tratando de establecer cuáles serán las exigencias de la administración de Donald Trump para otorgar las exenciones arancelarias al aluminio y al acero.
Las actuales exenciones arancelarias vencen el 1 de mayo y recién en ese momento se podrán iniciar nuevas conversaciones, previo acuerdo de los 28 países miembros de la unión.
Primeros efectos de la guerra comercial
Las primeras escaramuzas en una posible guerra comercial ya han mostrado sus efectos. A la fuerte caída del precio de las acciones tecnológicas del martes, hay que sumar la pérdida de 53 mil millones de dólares del valor de mercado de Amazon.
El miércoles, los principales indicadores bursátiles estaban en rojo. El Nasdaq caía un 0,58%, el Dow Jones, un 0,04% y el S&P 500 lo hacía un 0,29%.
Ahora, los inversores estarán a la expectativa de la publicación del listado de productos con mayores aranceles para establecer cuáles serán las acciones más perjudicadas. También habrá que considerar los aranceles unilaterales que podría establecer China.
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