Luego de las decisiones de recorte en la producción diaria de petróleo, los países integrantes de la OPEP se enfrentan a un nuevo problema. Algunas naciones que son parte del mayor cartel petrolero mundial están produciendo al máximo de su capacidad y el problema no es un futuro con un mercado inundado en crudo sino marcado por la escasez, debido a la falta de exploración y desarrollo. Esa es la opinión respecto al futuro del mercado del petróleo que tiene el Citigroup y que hizo conocer a través de su jefe de investigaciones sobre materias primas a nivel internacional, Ed Morse.

Para el Citigroup la falta de inversión es clave

Libia, Nigeria, Venezuela, Irán e Irak están bombeando al máximo de su capacidad, pero nada de esto tiene que ver con una violación a los “acuerdos” de reducción establecidos por la OPEP. Estas naciones han alcanzado el máximo de capacidad, según el Citigroup, debido a la falta de exploración y desarrollo.

Para la entidad financiera, el escenario no se presenta con un mundo inundado de crudo, sino, por el contrario, la posibilidad de la escasez podría dar lugar a un mercado más apretado.

El precio del barril de crudo continúa, a pesar de los esfuerzos de la OPEP, un 50% por debajo de los niveles de 2014. La reciente reunión de los países miembros de la Organización de Países Productores de Petróleo que tuvo ligar en Viena, la semana anterior, no logró fijar una posición respecto a la continuidad y profundización de los recortes, más allá de la fecha límite vigente del tercer trimestre de 2018. Los precios del crudo se encuentran, también, condicionados por la producción de petróleo de esquisto en los Estados Unidos.

El Citigroup considera que una extensión de los recortes sólo podría acelerar la posibilidad de un mercado más apretado.

Un cuadro de situación complejo

Para el jefe de investigaciones del Citigroup, no son las compañías independientes las que se encuentran retrasadas en materia de inversiones. Morse considera que son los países de la OPEP los que se encuentran sumamente rezagados en exploración y desarrollo. Los cinco países mencionados habrían llegado al límite de su capacidad de bombeo.

En el caso de Irán, una de las mayores dificultades que podría presentarse para los inversores, son las probables sanciones que pueda establecer Estados Unidos por entablar relaciones comerciales con compañías que son administradas por la Guardia Revolucionaria, la fuerza de seguridad iraní que, además, opera varias compañías estatales de servicios.

La situación en Irak está dominada por condiciones contractuales poco competitivas para los inversores. Varias compañías, entre ellas la Royal Dutch Shell Plc., han retirado sus proyectos de inversión y esto dificulta la posibilidad de una expansión en la producción, en caso de ser necesario. Algo similar está ocurriendo en otros países miembros.

Un mercado petrolero más apretado, a consideración del Citigroup, podría empujar, al menos por ahora, los precios hacia arriba.