Al mismo tiempo que se conocían los buenos resultados económicos en la Eurozona, los informes de crecimiento económico y del consumo en el Reino Unido muestran signos de desaceleración. El crecimiento en las ventas durante el mes de julio ha sido ha sido el más débil en cuatro años. El alza de la inflación y el retraso salarial ha empujado a los consumidores a adoptar medidas para protegerse. Este escenario se presenta en medio de las discusiones para la salida del Reino Unido de la UE.
Los consumidores del Reino Unido en alerta ante la inflación
La economía del Reino Unido está comenzando a sentir los efectos de un crecimiento acelerado de la inflación. Los precios se han elevado más allá de las expectativas y han empujado a los consumidores a adoptar medidas para combatirla. El consumo es uno de los pilares más fuertes de la economía británica.
Luego del ingreso al proceso formal del Brexit, la marcha de la economía británica se muestra con una marcada debilidad de la libra provocando un impacto inflacionario. Los precios se están elevando por encima de los salarios promedio, indicando una caída de los ingresos reales que, en el segundo trimestre del año, fue del 0,5%.
Los informes difundidos este jueves dan cuenta que el crecimiento interanual de las ventas se contrajo hasta el 1,8%. Lo más significativo de los reportes es que, además, de una retracción en las ventas, los consumidores del Reino Unido han comenzado a inclinarse por marcas más baratas.
La inflación anual, medida en el mes de julio, fue del 2,6% y la mayoría de los analistas coinciden en que ésta tendrá su pico más elevado hacia finales del año. Con estos datos está prevista una desaceleración de la economía.
¿Se revertirá esta tendencia?
Para algunos observadores, la situación de los consumidores está en su peor momento y a partir de ahora es posible que comience a verse un repunte en las ventas. la base para esta afirmación es el informe de la Oficina Nacional de Estadísticas que reporta un crecimiento del 0,3% de las ventas minoristas en julio, producto de una mejora en las ventas de alimentos.
Para Andrew Sentance, ex encargado de políticas del Banco de Inglaterra, los consumidores están mostrando tendencias a la prudencia, hasta que se aclare el panorama posterior al Brexit. Por lo tanto, es probable que el consumo moderado y la elección de productos más baratos continúe a lo largo del año y durante todo el 2018.
La elección de productos alternativos por parte de los consumidores en el Reino Unido confirma los dichos de Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, quien señaló que los británicos enfrentan la actual etapa con los “dientes de los bolsillos” bien apretados.
En términos prácticos, bastan algunos ejemplos. Kingfisher Plc. firma propietaria de la cadena de tiendas de artículos para el hogar B & Q reporta su tercer trimestre de caída consecutiva en las ventas. Los propietarios de la cadena de supermercados Waitrose da cuenta de un crecimiento lento en las ventas durante este año.
Con este panorama, las posibilidades son que continúe la prudencia por parte de empresas y consumidores.
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