Los grandes bancos norteamericanos se encuentran en pleno proceso de reestructuración. La política de apertura y cierre de sucursales está vinculada con mejorar ganancias y el crecimiento de la banca online. Pero, existe un desbalanceo. Los bancos norteamericanos, sobre todo los más destacados, cierran más sucursales de las que abren. Llama la atención que el número de sucursales cerradas impacta en las áreas con población de menores ingresos. Diversos estudios han demostrado que esto, además de ampliar la brecha entre ricos y pobres, limita el acceso al crédito de pequeñas empresas radicadas en esas zonas.
Los bancos norteamericanos y una nueva orientación comercial
Aunque los responsables de los principales bancos norteamericanos se esfuerzan por presentar su política de sucursales como una expansión a nivel nacional, los cierto es que el cierre de sucursales supera ampliamente a la apertura.
Esta política deja ver entrelíneas que los cierres afectan más a las áreas de bajos recursos de Estados Unidos. En cuatro años, los bancos norteamericanos cerraron 1.900 sucursales por encima de las que fueron abiertas. Esto ocurre allí donde el promedio de ingresos está por debajo de la media nacional de 60.336 dólares.
Entre los principales anotados en esta política se encuentran el JPMorgan, Bank of America y Wells Fargo. Tres de los principales bancos norteamericanos.
En 2014, un estudio del Massachusetts Institute of Technology, concluyó que los préstamos a pequeñas empresas caen un 13% luego del cierre de una sucursal local. Esto constituye una condena a esas empresas que batallan por subsistir a partir del acceso al crédito.
Una gran cantidad de esos préstamos se tramitan gracias a las relaciones más personalizadas que existen entre las sucursales y las comunidades a las cuales atienden.
Dar la espalda a los salvadores
Durante la crisis financiera de 2008, la mayoría de estos bancos norteamericanos fueron salvados gracias al auxilio de la Reserva Federal. Digamos que, de manera indirecta, fueron los contribuyentes, los que colaboraron con ese rescate.
JPMorgan es una de las entidades que encabeza esta segmentación en el cierre y en la apertura de sucursales. En el último año, el banco conducido por Jamie Dimon, solicitó la apertura de 185 sucursales. El 71% de ellas estarán ubicadas en las áreas de mayores recursos. En el mismo período, el banco solicitó que se lo habilite a cerrar 187 sucursales. La mitad de ellas se encuentran en barrios de bajos recursos.
Para las entidades que trabajan en la defensa de los consumidores, el argumento de la ampliación de las operaciones digitales es incorrecto. Consideran que la relación de la comunidad con las sucursales locales propicia la apertura de cuentas, solicitudes de préstamos, etc.
La política de los bancos norteamericanos puede arrojar frutos en la mejora de su tasa de beneficios. Pero, en el mediano plazo, el abandono de las áreas más pobres de Estados Unidos pesará como una hipoteca difícil de levantar en la economía nacional.
Deja tu comentario