En las últimas semanas, las noticias políticas y económicas que afectan a los mercados financieros, sea de manera directa o no, han sido muy intensas. Tuvimos una semana agitada en torno a la tasa de interés de referencia en la reunión de la Fed, los atentados en Berlín y en Ankara, la sentencia a la directora general del FMI y todo esto, terminó relegando a un segundo y hasta a un tercer plano los problemas que están enfrentando los bancos europeos. Problemas que no son menores si consideramos que, de conjunto, el sector financiero del viejo continente se encuentra bajo “respiración artificial” gracias a las políticas de asistencia del BCE.
Mala semana para los bancos españoles
Los bancos españoles acaban de ser condenados por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea a resarcir a sus clientes hipotecarios por cláusulas abusivas de suelo, contenidas en los prestamos acordados con los bancos y que eran avaladas por la justicia española.
Según la justicia de la UE, estas cláusulas y el respaldo de la justicia de ese país, son contrarias al derecho de la Unión Europea.
Lo cierto es que los bancos españoles deberán pagar, de conjunto, una cifra cercana a los 4 mil millones de euros a sus clientes en concepto de resarcimiento. Esto, por supuesto provocó el desplome de las acciones de los bancos y el resto de los bancos europeos sigue con atención los acontecimientos.
Continúan los sacudones en Italia
Luego del referéndum por la reforma constitucional en Italia, que significó la derrota del gobierno de Matteo Renzi, los ojos de los mercados se volvieron sobre el futuro de la Banca Monte dei Paschi di Siena SpA, el más antiguo de los bancos europeos.
El banco había sido conminado a obtener una capitalización por la venta de acciones de 5200 millones de euros, pero todo parece derrumbarse por la falta de interesados en tal operación de riesgo.
Ni los bancos europeos ni los fondos de inversión provenientes de países petroleros parecen interesados en apostar a una entidad cuyas acciones han caído este año un 87%. En los últimos días, en la Bolsa de Milán, las acciones de la Banca Monte dei Paschi no pudieron abrir ya que se encontraban por debajo de límite admitido.
Para algunos analistas, la opción más adecuada sería la nacionalización una fuerte intervención estatal permitiría rescatar al banco, pero a costa de la pérdida de los valores de sus clientes. El otro gran problema es que detrás de esta entidad, hay varios bancos caminando por el mismo sendero.
Los bancos europeos miran a Alemania
Pero la “madre de todas las batallas” del sector financiero europeo, está en ver cuál será el destino del Deutsche Bank. El principal banco de Alemania había sido condenado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos a pagar 14 mil millones de dólares por la emisión de activos respaldados por hipotecas subprime, entre el año 2005 y el 2007.
La noticia se conoció en septiembre y las acciones del Deutsche Bank se desplomaron, además se puso al descubierto que este banco posee un nivel de apalancamiento que lo ha convertido en una entidad con mala salud.
La posibilidad que el Deutsche Bank llegue a un acuerdo con el Departamento de Justicia, antes de navidad, por una cifra menor a la de la sentencia, ha aliviado las tensiones y al resto de los bancos europeos que veían al banco alemán como la nave insignia de una crisis financiera de magnitud.
Nuevamente, la tensión de los mercados está centrada en los bancos europeos, la tranquilidad de estos días parece haber sido algo efímera.
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