Al parecer las expectativas acerca de los niveles de inflación le siguen siendo esquivas al Banco de Japón. La reunión mensual del organismo monetario debió posponer hasta 2019 las expectativas de alcanzar una inflación estable del 2%. Pero, esta es la sexta vez que el banco central nipón debe adoptar esta medida. El Índice de Precios al Consumidor del mes de mayo fue del 0% si se excluyen combustibles y alimentos. El índice de inflación está lejos de los objetivos como resultado de un débil consumo por parte de la población del país asiático.
La debilidad del consumo preocupa al Banco de Japón
Por sexta vez, el Banco de Japón debió postergar el objetivo de alcanzar una inflación estable del 2%. Según el informe difundido, luego de su reunión mensual, las autoridades del banco han resuelto rebajar en 2 décimas el nivel de expectativas con respecto a la evolución del Índice de Precios al Consumidor para el año fiscal 2018.
La meta fijada por el organismo, de acuerdo con lo señalado, ahora plantea alcanzar el 2% de inflación en el ejercicio fiscal 2019, que comienza en marzo de ese mismo año.
De esta forma, el Banco de Japón mantendrá inalterables sus programas de flexibilización monetaria que viene aplicando desde 2013 para corregir una marcada tendencia deflacionaria.
El IPC del mes de mayo acusó un 0%, excluyendo los alimentos y la energía. Aunque más preocupante es el índice registrado en Tokio, que es considerado un indicador de perspectivas, ya que éste retrocedió un 0,1 respecto al mes anterior.
El débil consumo que preocupa a las autoridades del Banco de Japón es, según la opinión de los funcionarios, el resultado de las exiguas subas salariales, a pesar de las políticas en esa materia que están promoviendo desde el gobierno de Shinzo Abe.
Los empresarios estarían siendo esquivos a otorgar aumentos salariales más elevados, sobre todo en el sector de trabajadores temporales que representan el 40% de la fuerza laboral del país.
El PIB por mejor camino
Si la debilidad del consumo y de los precios son un dolor de cabeza, un alivio proviene de las expectativas respecto al Producto Interior Bruto. En la reciente reunión, el Banco de Japón también revisó los pronósticos y concluyó en la necesidad de ajustarlos hacia arriba.
Para la entidad, la economía japonesa se expandirá un 1,8% en 2017. Un porcentaje algo mayor que el 1,6% que había sido previsto en la reunión anterior. Para 2018, el banco prevé un crecimiento de la economía del 1,4%, una décima más que lo evaluado anteriormente.
Con esta revisión de pronósticos, el Banco de Japón parece alejarse de la senda que ya ha tomado la Reserva Federal y de las expectativas por parte del BCE en abandonar los planes de estímulo en un futuro próximo.
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