Nadie puede negar, a esta altura de los acontecimientos, que el Brexit ha sumado confusión y alteración al flemático espíritu inglés. Todo parece haberse salido de cuadro y las decisiones del Banco de Inglaterra no son la excepción. La entidad monetaria decidió mantener los tipos en su última reunión, a pesar de que la inflación ya ronda el 3% anual y la tasa de desempleo es la más baja en cuatro décadas. De igual manera, ha decidido mantener el programa de compra de deuda por 435.000 millones de libras. Aunque las autoridades del Banco de Inglaterra han anunciado que un endurecimiento de las políticas monetarias está próximo, la decisión sigue sumando a la confusión reinante.
Los confusos mensajes del Banco de Inglaterra
El Banco de Inglaterra ha venido haciendo su juego político desde que el referéndum habilitó la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El gobernador del banco, Mark Carney, ha advertido sobre los costos económicos y políticos que podrían venir aparejados con un brexit duro.
Ahora, en medio de un escenario económico poco claro: con una inflación que roza el 3% y amenaza dispararse aún más y una economía que muestra un crecimiento raquítico, existe un consenso que el alza de los precios tiene más que ver con la debilidad de la libra esterlina que con un impulso del consumo.
La tasa de desempleo se ha mostrado como la más baja en 42 años y, sin embargo, el Banco de Inglaterra viene esquivando la decisión de aumentar el tipo de interés y esto empieza a generar nerviosismo en los mercados.
Luego de la reunión que decidió mantener inamovible la tasa de interés y los estímulos con la compra de títulos de deuda, Mark Carney ha dicho que las condiciones comienzan a ser favorables para un endurecimiento de la política monetaria “en los próximos meses” y son estas indefiniciones las que agregan confusión al panorama.
Las perspectivas en medio del debate del Brexit
Claro que existen distintas formas de ver el problema. Algunos prefieren señalar que el Banco de Inglaterra se prepara para subir los tipos de interés y otros eligen preguntarse porqué aún no lo ha hecho.
Los funcionarios han dicho que una elevación de las tasas podría frenar un proceso de crecimiento económico que, por ahora, es muy débil. Y hay que darles parte de la razón. Pero, una escalada en los precios a los consumidores, combinada con un aterrizaje poco suave luego del Brexit, puede ser dramático.
Es necesario señalar que la unanimidad no ha sido la norma en esta reunión. La votación final sobre la posibilidad de aumentar el tipo de interés finalizó con 7 votos en contra y 2 a favor del aumento.
Ahora habrá que esperar hasta la próxima reunión de noviembre, donde los funcionarios del Banco de Inglaterra podrán contar con mejores datos para una decisión que, seguramente, será difícil. Pero, las decisiones difíciles también deben ser tomadas.
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