En medio de las discusiones para dar forma a la separación definitiva del Reino Unidos respecto al resto de la Unión Europea, el Banco de Inglaterra rebajó las perspectivas de crecimiento. Los salarios comienzan a mostrar un retraso frente a la inflación, el consumo hogareño cae, los mismo que el precio de las viviendas. La entidad monetaria británica ha decidió mantener la tasa de referencia y advierte que la desaceleración de la economía es producto del Brexit.
Una economía en retroceso
El gasto de los consumidores en el Reino Unido ha retrocedido por tercer mes consecutivo, durante julio. El precio de las viviendas vive su momento más débil en cuatro años y comienzan las preocupaciones sobre el verdadero estado de salud de la economía británica.
Los salarios han comenzado a perder la batalla contra la inflación y esto está provocando una caída del consumo del 0,8%, medido de forma interanual. En esta caída sobresalen alimentos, transporte – uno de los más caros del mundo – y artículos para el hogar.
El precio de las viviendas ha retrocedido un 2,1% anual. Los datos que muestran las cifras negativas fueron elaborados por Visa y IHS Markit aparecen luego que el Banco de Inglaterra redujera las previsiones de crecimiento del 1,9% al 1,7%. Además, mantuvo los tipos de interés en el 0,25%.
El Banco de Inglaterra carga contra el Brexit
A través de su gobernador, Mark Carney, el Banco de Inglaterra dio a conocer un informe en el cual carga las tintas de la ralentización de la economía británica al proceso de instrumentación del Brexit.
En el informe, el banco central inglés señala que muchas empresas han decidido contener los aumentos de salarios y las inversiones hasta tener un panorama más claro de cómo serán las relaciones económicas entre el Reino Unido y el resto de Europa. La política de gastos hogareños, según el Banco de Inglaterra, también se ve contenida antes las eventuales consecuencias del divorcio.
Recordemos que, desde junio, la Unión Europea y el Reino Unidos negocian los términos en que se pondrá fin a la pertenencia de la isla a la Unión Europea.
Carney, el gobernador del Banco de Inglaterra ha sido acusado por los partidarios del Brexit duro de querer sembrar el miedo y crear la necesidad de un retorno de Gran Bretaña a la Unión Europea.
John Longworth, ex director general de la Cámara de Comercio Británica, una de las principales espadas del Brexit duro, considera al Banco de Inglaterra, a la Asociación de Banco y al Ministerio de Hacienda como una tríada perversa que intenta revertir a través del miedo, los resultados del referéndum.
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