Los números de la economía de la Eurozona vienen mostrando fuertes signos de robustez, sin embargo, las autoridades del Banco Central Europeo sostienen que aún el sistema financiero es débil y muchas entidades se encuentran en problemas. La situación del Banco Popular de España es muy elocuente al respecto. Ahora, la entidad que preside Mario Draghi han lanzado nuevas normas regulatorias para las entidades financieras que se encuentren en crisis. El Banco Central Europeo pretende proteger a los pequeños inversores, víctimas del mal funcionamiento de las entidades.

Para el Banco Central Europeo, los accionistas deben pagar

Las nuevas normas impuestas por el Banco Central Europeo establecen que ante una situación de crisis de una entidad financiera, deberán ser los propios accionistas y bonistas del banco quienes deberán pagar los costos “de la fiesta”. Estas nuevas reglas de juego evitan que sean los contribuyentes o el propio Estado los que deban salir al rescate de estas entidades.

El problema que se presenta para las autoridades del Banco Central Europeo es cómo evitar que un conjunto de pequeños inversores se vea afectado por la caída de la entidad en crisis cuando en muchos casos estos pequeños inversores desconocían la real situación del banco.

El Banco Central Europeo ha establecido como instrumento la deuda anticrisis, que permite absorber las pérdidas. El BCE quiere evitar que los inversores minoristas reciban instrumentos sin conocer los alcances de la situación de las entidades financieras.

Entre los países miembros de la unión se ha abierto un debate respecto a esto. Algunos son partidarios que estos instrumentos no puedan ser comercializados a los pequeños inversores. Bélgica quiere establecer pautas similares a las que rigen en el Reino Unido que establece que ningún inversor minorista puede ser poseedor de deuda contingente convertible.

El BCE busca crear conciencia entre los inversores

El presidente del Banco Central Europeo quiere, antes que prohibir el acceso de ciertos inversores a este tipo de instrumentos, generar conciencia, imponiendo a los bancos condiciones sobre la información que deben brindar las entidades, claros y comprensibles. La idea del BCE es que los inversores comprendan los riesgos que implican esos instrumentos financieros.

Pero, Mario Draghi quiere ir más a fondo y está proponiendo que los títulos de deuda anticrisis tengan un valor nominal mínimo de 100.000 euros. Estos montos serían una evidencia de la crisis y, además, desalentarían a los inversores minoristas.

El Banco Central Europeo no quiere que se repita lo del Banco Popular. Ahora, el Santander, nuevo propietario del banco caído en desgracia debe enfrentar una catarata de demandas, al igual que el Banco Central Europeo. La salida de los planes de estímulo no será un camino fácil de recorrer, por eso la entidad monetaria quiere tener todo bajo control ante una eventual crisis de algunas entidades.