Tal como preveían la mayor parte de los analistas, el Banco Central Europeo decidió mantener inalterable el rumbo de su política monetaria. Mario Draghi, presidente del BCE, llamó a todos a ser “pacientes y persistentes”. Los números de la economía europea se muestran sólidos, pero para los funcionarios de la entidad monetaria aún los niveles de inflación no permiten abandonar el rumbo que se habían trazado. El Banco Central Europeo quiere evitar una corrida de los inversores, en junio las palabras de Draghi sacudieron los mercados, pero todo se fue acomodando.
El balance del Banco Central Europeo
Al tomar su sitio frente a los numerosos medios de prensa especializados, el presidente del Banco Central Europeo señaló que la reunión se fijó como objetivo trazar un balance sobre las perspectivas económicas a corto y mediano plazo.
“Hemos realizado un balance de la mejora continua que viene produciéndose en el crecimiento económico, pero también es un hecho que la inflación sigue siendo moderada”. Con estas palabras, Mario Draghi anunciaba que el BCE continuaría con su programa de estímulos. Las actuales tasas de interés fueron ratificadas, al igual que el programa de compra de activos.
Las autoridades del Banco Central Europeo hicieron un exhaustivo análisis y pidieron paciencia y persistencia para que la flexibilización cuantitativa pueda expresarse con resultados sólidos. Los funcionarios confían que las condiciones económicas irán estableciendo una línea de presión sobre los precios y la inflación alcanzará los niveles esperados. Sin embargo, también han aclarado que se reservan el derecho de incrementar los estímulos si la situación lo demanda.
Nada fuera de las expectativas
En los días previos a la reunión, la mayor parte de los analistas e inversores se pronunciaron en el sentido de que había muy pocas posibilidades de un cambio de rumbo en la política monetaria del Banco Central Europeo.
Había que dar vuelta la página de lo que fue la experiencia de Portugal, en el mes de junio pasado, cuando la mayoría de los observadores creyó ver un cambio de discurso hacia una modificación de los programas, en las palabras de Mario Draghi.
El presidente del BCE fue contundente en esta ocasión y tu tono estuvo en sintonía con la necesidad de evitar cualquier tipo de especulación fallida.
Para los inversores, el mes de septiembre marcará el momento que se puedan escuchar las palabras “mágicas” que señalen el comienzo de un nuevo rumbo en la política monetaria. Según pudo saberse, desde la fábrica de ideas del Banco Central Europeo, están preparando una variedad de opciones que serán analizadas en próxima reunión de septiembre.
El Banco Central Europeo mantiene su nivel de compra de activos por unos 60 mil millones de euros mensuales y acumula en su balance 4,9 billones de dólares. Los funcionarios saben que la cautela es esencial para que una salida de los estímulos y la reducción del balance no genere una reacción adversa en los mercados. Quieren evitar la mala experiencia de la Reserva Federal de hace cuatro años.
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