En febrero del año próximo llegará a su fin el mandato de Janet Yellen en la presidencia de la Reserva Federal. Ahora, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se encuentra ante la disyuntiva de designar el candidato a presidir la FED y se sabe que sobre su escritorio del Salón Oval existen 6 carpetas con los posibles sucesores. La incógnita está en si se inclinará por la continuidad de la actual política monetaria, buscará un cambio de rumbo o se inclinará por un candidato sin un perfil claramente marcado por las dos alternativas.

Presidir la FED sin interrumpir el rumbo actual

Donald Trump tiene la posibilidad de tomar un camino de continuidad de la actual política monetaria de la Reserva Federal. Aunque todos sabemos que ha sido crítico en varios aspectos de esta política. Un cambio brusco podría generar rispideces con los actuales funcionarios que, en cierta forma, se sienten cómodos con el rumbo actual. Para presidir la FED, este es un punto crucial por su forma de funcionamiento por consenso.

Es un hecho que la primera anotada en esta carrera es la actual presidenta, Janet Yellen. No le faltan pergaminos a la actual mandataria y es la responsable de haber logrado una exitosa política con respecto a los niveles de empleo.

Las principales críticas a Yellen para presidir la Fed por un nuevo mandato es su alineación con los demócratas, su inclinación a las políticas de regulación financiera y los resultados de una inflación excesivamente débil con relación a la expansión económica.

Una alternativa republicana a presidir la FED y mantener el actual rumbo, es Jerome Powell. Fue colocado en la Reserva Federal en 2012 por el presidente Barack Obama y posee experiencia en escenarios de crisis. Tuvo una actuación destacada en la caída del Nuevo Banco de Inglaterra y el escándalo por bonos que involucró a Salomon Brothers.

Jerome Powell es un crítico, y aquí radica la diferencia con Yellen, que en el escenario poscrisis no se haya ido más lejos con la represión al comercio de hipotecas, la calificación a los bancos y los niveles de préstamos a empresas apalancadas. Powell posee una buena sintonía con el actual Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Los candidatos del cambio

Donald Trump posee dos opciones para presidir la FED que significan un radical cambio de rumbo con respecto a la actual política monetaria de la Reserva Federal.

La carpeta con más peso entre los que promueven un cambio en la política de la FED está la de Kevin Warsh. Proveniente de Hoover Institution, Warsh ha sido parte de la administración republicana de George W. Bush y gobernador de la FED durante la presidencia de Ben Bernanke.

Warsh es, públicamente, un fuerte crítico de las actuales políticas monetarias de la Reserva Federal. Ha hecho saber, en todos los escenarios en que ha tenido oportunidad, su rechazo a la Flexibilización Cuantitativa. Cuestiona a la FED por adaptar su política a los datos que se van publicando y por carecer de una política de tipo global.

A Kevin Warsh se le cuestiona que detrás de las críticas existe una ausencia de las estrategias que él mismo adoptaría.

John Taylor es otra de las opciones que Trump maneja para presidir la FED y pilotear un cambio de rumbo en el banco central.

Taylor es, al igual que Warsh, un crítico de la Flexibilización Cuantitativa y de las tasas de interés cero. Su propuesta se basa en una política de tasas definidas por una regla matemática que él mismo ha bautizado como la “regla de Taylor”.

Si Warsh o Taylor fueran designados para presidir la FED, el resultado se revelaría con mayores tasas de interés. Esto puede provocar choques con el resto de los funcionarios de la Reserva Federal que se sienten bastante cómodos con la actual estrategia.

Los candidatos de la incógnita

Desde que Donald Trump asumió la presidencia de los Estados Unidos se supo que Gay Cohn, director del Consejo Nacional Económico, tenía posibilidades de presidir la FED.

El hombre que ocupó el segundo lugar en Goldman Sachs y carga con fuertes responsabilidades en la reforma impositiva poco ha dejado conocer sobre sus pensamientos respecto al funcionamiento de la FED. Una gestión a cargo de Cohn es una verdadera incógnita sobre el rumbo de la política monetaria estadounidense.

En mismo compartimiento de las incógnitas se alista John Allison, quien fuera director de BB & T Corp. Allison se mostrado partidario de abolir la FED y retornar al patrón oro, algo de implementación casi imposible, por lo que sus verdaderas intenciones con relación a la política monetaria son desconocidas.

Donald Trump sabe que en su decisión de quién va a presidir la FED – en tres semanas podría develarse el misterio – está en juego su propia imagen como conductor de la principal nación del mundo.