En artículos recientes de Club de Capitales, abordamos dos instrumentos financieros de gran interés. Nos estamos refiriendo a los fondos cotizados en bolsa (ETF) y a los fondos mutuos. En dichos artículos mencionamos de manera frecuente el valor liquidativo de un fondo (NAV) para establecer el precio por acción de un fondo. Sin embargo, en la práctica, los ETF y los fondos mutuos se mueven de manera diferente, por lo tanto, el valor liquidativo adquiere distintas implicancias. En esta entrega, conoceremos en profundidad el NAV, su importancia para las operaciones comerciales con fondos y cómo se calcula.

La importancia del valor liquidativo de un fondo

Toda empresa que cuenta con activos de diferentes tipos y un pasivo, al igual que ingresos y gastos, posee un valor liquidativo. Claro que, cuando hablamos de activo menos pasivo, nos referimos al patrimonio neto de una compañía.

Sin embargo, el término valor liquidativo viene tomando cierta fuerza y popularidad. Al establecer el valor liquidativo, se puede determinar en cualquier momento el valor de un fondo. Si al valor del fondo, luego lo dividimos por el número total de acciones emitidas por el fondo, obtenemos el valor liquidativo de cada acción. Esto permite a los inversores comprar y vender acciones del fondo.

En el caso de los fondos mutuos, la compra y venta de acciones se realiza al precio del NAV que se establece al final de la jornada. Los inversores negocian en forma directa con los titulares del fondo mutuo.

El NAV en los fondos mutuos

En nuestros artículos anteriores sostuvimos que un fondo mutuo es un instrumento financiero al mismo tiempo que una empresa. Su función es reunir el dinero de numerosos inversores para, luego, adquirir diferentes activos financieros – acciones, bonos, certificados, etc.

Cuando un inversor quiere participar de un fondo mutuo adquiere acciones del fondo. Debido a que el principal capital de estos instrumentos son las inversiones realizadas, el valor liquidativo de un fondo es indispensable.

Las acciones de los fondos mutuos no se negocian en el mercado, entre los que las poseen y los que quieren comprar. Los poseedores de acciones solo pueden venderlas a los administradores del fondo. Quienes desean adquirir acciones, también deben recurrir a los administradores.

El problema es ¿cuánto cuesta cada acción del fondo? Para eso se ha creado la fórmula del valor liquidativo de un fondo.

Al final de la jornada de los mercados, y en función del comportamiento de los activos que posee en su cartera, se establece el valor liquidativo. Si a ese valor liquidativo se lo divide por el número total de acciones, se obtiene el NAV por acción.

Veamos la sencillez de la fórmula:

NAV = (Activo – Pasivo) / Total de acciones en circulación

Es importante, a la hora de calcular el valor liquidativo de un fondo, tomar todos los elementos en consideración. En el activo de un fondo, el principal volumen lo ocupan las inversiones, ya sean acciones, bonos u otros activos. Para el cálculo del valor liquidativo, las inversiones deben considerarse por su valor de mercado del día. Pero, no hay que olvidar que los fondos mutuos están obligados a mantener una gran cantidad de efectivo en sus carteras. La función de ese efectivo es hacer frente a aquellos inversores que quieren abandonar el fondo. La administración debe comprarles sus acciones.

En el caso de una administración activa, diariamente se incurre en gastos de operaciones. Estos también deben ser reflejados al calcular el valor liquidativo de un fondo. Los ingresos y los dividendos que aún no se han repartido entre los inversores, se consideran una cuenta a pagar.

El valor liquidativo de un fondo cotizado en bolsa (ETF)

Recordemos que, entre las clasificaciones legales de un fondo mutuo, existen los fondos cerrados. Estos fondos emiten un número limitado de acciones, no pueden realizar nuevas emisiones. Por lo tanto, la compra y ventas de acciones debe realizarse en el mercado a través de la oferta y la demanda.

Lo mismo ocurre con los ETF o fondos cotizados en bolsa que se comercializan como cualquier acción ordinaria. Los inversores compran y venden acciones del fondo.

Por lo tanto, en ambos casos, el precio de las acciones se puede ubicar por encima o por debajo del NAV. Sin embargo, tanto los fondos cerrados como los ETF calculan a diario el valor liquidativo.

¿Cómo podemos medir el rendimiento de un fondo?

Cuando un inversor que tomó posiciones en un fondo mutuo intenta conocer el rendimiento de su inversión, recurre al NAV.

Se toma el valor liquidativo de un fondo en dos fechas diferentes y se los compara. Las diferencias estarían devolviéndonos el rendimiento. Sin embargo, este no es un método confiable para valorizar la inversión en un fondo mutuo.

Por regla general, un fondo mutuo distribuye los dividendos e ingresos recibidos entre sus inversores. Además, si el fondo vende parte de sus acciones a un precio superior al NAV, ese ingreso excedente de capital debe ser distribuido entre los participantes.

Entonces, como la distribución de ingresos y ganancias afecta de manera negativa el cálculo del valor liquidativo de un fondo, comparar dos NAV no refleja la realidad.

Los analistas recomiendan evaluar el comportamiento de un fondo mutuo a través del rendimiento total anual. Significa considerar el rendimiento real de una inversión total. También es importante considerar la tasa de crecimiento anual compuesta.

De esta forma se puede tener una idea más acabada de la fortaleza de un fondo mutuo. El valor liquidativo de un fondo no es el dato que mejor refleje el rendimiento.

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