Si usted a conformado de manera adecuada su cartera de inversión, obtendrá un beneficio al que llamamos rendimiento. Podemos mensurar ese rendimiento de forma mensual, trimestral o anual. Sin embargo, ese rendimiento obtenido ¿es lo que en realidad ganó? Para responder a esa pregunta hablaremos de la tasa de rendimiento real. Se trata de un resultado ajustado por variables que le dirán cuánto es lo que realmente ganó en un período de tiempo.
Muchos inversores enfocan su mirada en el resultado final de su cartera de inversiones, la tasa de rendimiento nominal. Olvidan que es necesario hacer algunos ajustes para establecer el rendimiento real.
El dólar que usted invirtió a principios de año no tendrá el mismo valor al final de ese mismo año. En el medio, si hubo inflación, el poder adquisitivo de ese dólar se habrá reducido. Lo mismo ocurre con la ganancia obtenida. De allí la importancia de la tasa de rendimiento real. Esta medida puede ayudarlo a ajustar los activos de su cartera de inversión si estos fueron afectados por los resultados del Índice de Precios al Consumidor.
¿Qué es la tasa de rendimiento real?
Imaginemos que usted invirtió $ 100 a principios de año en su cartera de inversiones. Al final del año, su portafolios tiene un valor de $ 108, luego de haber pagado las tarifas y costos por la gestión de su cartera. Un análisis superficial no diría que su rendimiento fue del 8% anual.
Pero esto no es tan cierto. A lo largo del año, es probable que sus $ 100 hayan reducido o aumentado su poder adquisitivo como resultado de la inflación. Entonces, ese 8% que usted obtuvo no refleja la realidad de su capacidad adquisitiva. Al fin y al cabo, buscamos la rentabilidad para poder adquirir nuevos bienes y servicios. Este ajuste a la ganancia que obtuvo a lo largo del año es la tasa de rendimiento real de su cartera de inversiones.
La inflación es el aumento en los precios de los bienes y servicios. Por lo tanto, implica una disminución del poder adquisitivo del dinero. En los períodos de inflación cero o de deflación, el poder adquisitivo puede aumentar. Por lo tanto, cada dólar le permitirá comprar más bienes y servicios.
En términos vulgares, digamos que la tasa de rendimiento real es la ganancia obtenida por su cartera, al final de un período, ajustada por inflación y otros factores.
La ganancia que resulta de calcular el porcentaje que obtuvo sobre la inversión inicial la llamamos tasa de rendimiento nominal. Salvo excepciones, esa tasa es siempre mayor a la tasa de rendimiento real de su cartera de inversiones.
¿Qué es la inflación y cómo afecta nuestra cartera de inversión? Lea nuestro artículo haciendo clic aquí.
La importancia de conocer el rendimiento real
Dijimos antes, que la tasa de rendimiento real es su “verdadera” ganancia a partir de su cartera de inversiones. Si al cabo de un año, su tasa de rendimiento nominal fue del 8% y la inflación del período fue del 2,5%, su tasa de rendimiento real habrá sido del 5,5%. Esto, porque el poder adquisitivo del dinero obtenido se redujo.
¿Cuál es la distancia que separa a la tasa de rendimiento real de la nominal? Cuando usted analiza los folletos de fondos de inversión, los argumentos persuasivos para que adquiera esos productos es una estimación de rendimientos. Pero, la realidad es que le están hablando de una tasa de rendimiento nominal. Al resultado que obtendrá, luego deberá restarle las tarifas y costos vinculados con la administración del activo. También deberá deducir, si corresponde, los impuestos que deberá tributar sobre esas ganancias y, por supuesto, ajustar la tasa nominal al impacto del Índice de Precios al Consumidor.
La tasa de rendimiento real de un activo debe ser analizada adecuadamente. Es posible que tenga que reequilibrar su cartera de inversiones y reemplazar aquellos activos que sufren fuerte impacto en períodos de alta inflación.
Una tasa de rendimiento nominal puede ser muy seductora al momento de decidir en qué tipo de activos invertir. Un ejercicio adecuado es hacer el análisis de escenarios hipotéticos. Muchos analistas ofrecen perspectivas inflacionarias para un período. Realice un cálculo estimativo. El resultado será una tasa de rendimiento real imaginaria, pero lo podrá en perspectiva.
Luego, podrá decidir si el activo que está analizando es el más conveniente para su cartera de inversión. En todo caso, analice y reciba asesoramiento sobre aquellos activos de mejor comportamiento durante la inflación.
En 2022, Estados Unidos se encuentra atravesando el período de inflación anual más elevado de los últimos 40 años, más del 8%. Las políticas de la FED con relación a las tasas se han vuelto más agresivas. Intenta poner paños fríos a la economía, al mismo tiempo que quiere evitar la recesión. Los inversores deberán ser muy cuidadosos a la hora de seleccionar los activos de su cartera. Ponga en perspectiva la tasa de rendimiento real.
Consideraciones finales
Uno de los mayores inconvenientes de la tasa de rendimiento real es que usted no podrá conocerla hasta que se haya realizado. Salvo elaborar escenarios hipotéticos, su cálculo se producirá cuando la inflación ya ha impactado sobre los rendimientos de sus activos.
Digamos que la tasa de rendimiento real es un “hecho consumado”. Es difícil predecir con exactitud el camino que recorrerá su tasa nominal hasta llegar a la tasa real.
Como reflexión final, digamos que la tasa de rendimiento real le mostrará la capacidad adquisitiva de las ganancias.
Por lo tanto, cuando analice una inversión, la tasa nominal no es la que usted recibirá. Una vez obtenido el rendimiento deberá realizar los ajustes necesarios para conocer cuánto ganó realmente.
Esperamos que este análisis de la tasa de rendimiento real sea un aporte a la tarea de conformar su cartera de inversión. Lo invitamos a suscribirse al newsletter de Club de Capitales. Reciba pronósticos, análisis e información de utilidad para inversores y traders que quieren alcanzar el éxito en los mercados financieros.
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