Cuando hablamos de inversiones o de trading, el término riesgo siempre estará asociado. Sucede que cualquier tipo de operación en los mercados financieros implica un riesgo asociado. Una parte importante de los analistas dedica gran parte de su tiempo a desarrollar estrategias para enfrentar los riesgos. Sin embargo, hay momentos en que los mercados financieros se sacuden y aparece lo que llamamos riesgo sistemático o de mercado.

El riesgo de mercado se define como la posibilidad de riesgo inherente a la incertidumbre de propio mercado. Cuando los riesgos sistemáticos aumentan, crece la incertidumbre entre los inversores, la volatilidad se dispara y todo el sistema financiero sufre.

Cuando operamos con activos o instrumentos financieros, el precio de estos incluye un cálculo sobre sus riesgos. Estos, a su vez, se dividen en dos. El riesgo de mercado y el riesgo específico. en esta entrega de Club de Capitales nos enfocaremos en las principales características del riesgo de mercado y las potenciales medidas que un trader puede adoptar para enfrentarlo.

Definiendo el riesgo sistemático

El riesgo es inherente a cualquier operación financiera. Desde comprar bonos del Tesoro de Estados Unidos, hasta adquirir esa propiedad que se transformará en su hogar. Los mercados financieros, por diversas razones, incorporan un cálculo en los precios de los activos que contienen un “protección” contra los riesgos.

En términos sencillos podemos definir dos tipos de riesgos que pueden afectar a los activos:

  • Riesgo sistemático, también llamado riesgo de mercado o no diversificable.
  • Riesgo específico o no sistemático. Afecta a una empresa, una industria específica.

Es habitual que los asesores financieros recomienden a sus clientes diversificar sus carteras de inversión para equilibrar los riesgos. Sin embargo, al riesgo sistemático se lo denomina, también, riesgo no diversificable ya que no es posible enfrentarlo con este tipo de acciones.

Los factores que incrementan los riesgos de mercado son variados:

  • Cambios profundos en las tasas de interés
  • Las recesiones
  • Inestabilidad geopolítica, guerras y atentados terroristas
  • Incertidumbre en la política interna de un país

Cuando alguno de estos factores – o varios – entran en acción, los mercados financieros se agitan. La volatilidad crece y es una expresión de la incertidumbre de los inversores. Esta es la razón por la cual los índices de volatilidad son consideradas indicadores de riesgo.

En marzo de 2023, la caída del Silicon Valley Bank (SVB) encendió las alertas sobre la salud del sistema bancario. Otros bancos, por detrás del SVB, pusieron en evidencia su fragilidad. El sacudón se extendió a Europa y los bancos centrales tuvieron que definir políticas de salvataje. En síntesis, se trata de un riesgo sistemático elevado en toda su expresión.

Otros riesgos por fuera del riesgo de mercado

El riesgo específico es totalmente diferente al riesgo sistemático. Estos riesgos no sistemáticos están vinculados en forma directa con el comportamiento del activo, la empresa emisora o la industria específica.

Por ejemplo, si una empresa que cotiza en la Bolsa de New York expresa problemas para responder a sus créditos, el mercado reaccionará. Es posible que todos sus activos e instrumentos relacionados con la empresa pierdan valor. Comenzando por sus acciones.

Distintos tipos de riesgo sistemático

El riesgo sistemático incluye diferentes tipos asociados a este. Repasaremos algunos más representativos y que se presentan con frecuencia.

El riesgo de tasa de interés nos muestra la volatilidad asociada a las fluctuaciones en los tipos de interés. Los cambios en la política monetaria y en la tasa de referencia dispuestos por los bancos centrales afectan a los mercados. En particular, los mercados de renta fija son los más expuestos. No obstante, los riesgos asociados se trasladan. Por ejemplo, un aumento en la tasa de referencia puede provocar una salida de inversores del mercado de valores hacia el mercado de bonos.

Vinculado al sistema monetario, los riesgos cambiarios están vinculados a la fluctuación de una moneda con relación a otra. Este tipo de riesgos debe ser considerado por todos aquellos que poseen inversiones en mercados extranjeros.

Los cambios en los precios de las materias primas es parte de los riesgos de mercado. Algunas de ellas influyen de manera directa en otros mercados. La inestabilidad política en las principales áreas productoras de petróleo influye en sus precios. Lo mismo ocurre con algunos commodities relacionados con el sector alimenticio.

Cuando los mercados atraviesan etapas de alto riesgo de mercado, las bolsas de valores reflejan esta situación. El precio de las acciones se vuelve más cambiante y se mide a través del riesgo de acciones.

¿Cómo gestionar el riesgo de mercado?

Los inversores que mantienen activos en sus carteras, apuestan a una valoración de los mismos. El riesgo sistemático no se puede evitar dentro de los portafolios de inversión. A pesar de esto, es posible tomar algunas medidas destinadas a protegerse contra la alta volatilidad, minimizando el impacto.

Presentamos algunas estrategias básicas para minimizar el riesgo de mercado:

Analice las características de las divisas

Esta estrategia es fundamental para inversores que destinan una parte de su capital a empresas extranjeras. Ponga en foco los perfiles de las divisas que intervienen en los movimientos de esas empresas.

Los mercados y las empresas que cuentan con el respaldo de las monedas más fuertes permiten mitigar el riesgo sistemático.

Tasas de interés y mercados de renta fija

Las políticas que llevan adelante los bancos centrales tienen que estar en su radar. Una parte de sus inversiones tiene que acompañar los cambios en los tipos de interés. Si hay un consenso que indica una posible suba de tasas, conviene aumentar las posiciones en bonos. Sobre todo, de corto plazo.

El riesgo sistemático y los problemas de liquidez

Cuando el riesgo de mercado se incrementa, la volatilidad comienza a crecer. La primera víctima es la liquidez. Es posible que encuentre dificultades para salir de una posición debido a la falta de compradores. Mantenga una parte de sus posiciones en acciones con costo de bajo impacto.

Productos básicos y materias primas

El riesgo sistemático y la recesión suelen caminar de la mano. Cuando esto ocurre, observe aquellas industrias que mantienen un buen desempeño aun en condiciones de retracción. Los productos básicos, servicios esenciales y algunas materias primas mantendrán su ciclo productivo. Destine una parte de su cartera a instrumentos vinculados con esos sectores.

El riesgo sistemático lo invita a pensar en el largo plazo

Frente a la imposibilidad de evitar las consecuencias del riesgo sistemático, el tiempo puede ser un buen paliativo. Una estrategia para sortear los efectos negativos es pensar en inversiones a largo plazo. aquí, es importante considerar si en su plan de inversiones la tolerancia al riesgo le permite asumir una larga espera.

¿Cómo medir el riesgo de mercado?

Recordemos que el riesgo de un activo financieros lo podemos definir de la siguiente manera:

Riesgo total = Riesgo sistemático + Riesgo específico

Los analistas de mercado tienen a su disposición un conjunto de métricas que permiten evaluar el riesgo de mercado. Todas estas fórmulas de medición son estimativas, asignarles un resultado exacto no es correcto. Pero, en los comparativos entre un activo y otro, pueden ser de gran ayuda al tomar decisiones de inversión.

Valor en Riesgo (VaR)

Se trata de la métrica más popular utilizada para determinar el riesgo sistemático potencial de un activo o una cartera de inversiones.

Es una medida estadística. Consiste en calcular la pérdida potencial máxima que se puede experimentar. Se mide para un período determinado e incluye el nivel de confianza de los inversores.

El VaR analiza el historial de rendimientos de un activo o cartera. Les asigna un orden desde las peores pérdidas sufridas hasta las mayores ganancias.

Valiéndose de la varianza-covarianza, el método asume que las pérdidas y ganancias se distribuyen en la curva de manera normal. Luego, establece las posibilidades de pérdidas a futuro como el número de desviaciones estándares respecto a la media.

Prima de Riesgo

Otra metodología para evaluar el riesgo sistemático es la Prima de Riesgo de Acciones (ERP). Este indicador nos muestra el exceso de rendimiento que los inversores demandan por encima de la Tasa de Rendimiento Libre de Riesgo.

Se trata de una comparación más o menos sencilla. A la tasa de rendimiento esperada en le mercado de valores se le resta la tasa de rendimiento libre de riesgo. Esta última es, por lo general, el rendimiento de un bono gubernamental a corto plazo.

El resultado de esta resta se la llama Prima de Riesgo de Acciones (ERP). Se trata de una métrica exclusiva para los mercados de valores. Si queremos utilizar una más amplia, que permita evaluar nuestra cartera, tenemos a la mano Prima de Riesgo de Mercado (MRP).

Conclusiones sobre cómo enfrentar el riesgo sistemático

Los mercados financieros transitan etapas de cierta estabilidad y en ciertos períodos se vuelven inestables. La incertidumbre se apodera de las empresas, los gobiernos y, por supuesto, los inversores. La volatilidad y la falta de liquidez son denominadores comunes en estas etapas.

El riesgo sistemático o de mercado no se puede evitar. Incluso, en muchos casos, aparecen de forma inesperada. Frente a la imposibilidad de evitarlos, siempre es saludable contar con estrategias que sirvan para mitigar el riesgo de mercado. Algunas de esas estrategias fueron mencionadas anteriormente.

Algunas acciones preventivas que usted puede poner en práctica para anticipar el riesgo de mercado es contar con excelente información financiera. Además de un canal de noticias en tiempo real, puede acceder a análisis de los principales productos de los mercados financieros. Club de Capitales le ofrece sus servicios de Membresías. Reciba diariamente los mejores análisis para operaciones a corto plazo que le permitan aprovechar los cambios en los mercados.